Perú, un paraíso para los amantes de la observación de aves
Viernes, Noviembre 25, 2016 - 08:52
Con alrededor de 1.800 especies, más de un centenar de ellas endémicas, es un país privilegiado por su biodiversidad.
Perú es un país privilegiado para la observación de aves, una afición que cada vez tiene más adeptos en el mundo, gracias a su ubicación geográfica, sus microclimas y otros factores.
De acuerdo a la lista oficial del South American Classification Committee del Louisiana State University (LSU) Museum of Natural Science (SACC/CRAP), en el Perú existen 1,830 especies de aves, es considerado también el segundo país megadiverso, concentrando el 70 por ciento de la diversidad biológica del planeta.
Según la clasificación de Holdridge (un esquema que clasifica las diferentes áreas terrestres por su comportamiento global bioclimático), cuenta con 84 de las 117 zonas de vida registradas en la Tierra.
El Perú es también el país que registra el mayor número de especies endémicas en el mundo (más de 120). En las últimas tres décadas se ha descubierto un promedio de dos nuevas especies por año.
Un ejemplo de esta gran variedad de aves se da en estos dos casos: el ave voladora más grande del mundo es el Cóndor Andino (Vultur griphus) vive en el Perú y también la Estrellita de Cola corta (Myrmia micrura), la segunda ave más pequeña del mundo.
Por estos factores el Perú tiene un gran potencial para desarrollar el turismo de observación de aves, las autoridades de Turismo han establecido tres rutas principales para el aviturismo que permiten cubrir una gran cantidad de zonas de vida atravesando el país de oeste a este, con la correspondiente variación en la avifauna que ofrece la posibilidad de obtener listas de varios cientos de especies.
Las rutas del paraíso aviar
Empecemos por el norte. La ruta empieza en Trujillo, ubicada a 559 kilómetros al norte de la ciudad de Lima, hasta llegar a Tumbes, a 1274 kilómetros de la capital, y luego se dirige al oriente, hasta Iquitos, en la amazonía peruana, a 1,011 kilómetros de Lima.
En este espacio geográfico viven más de 1,200 especies, el norte del Perú es hogar de varias aves endémicas más buscadas como por el Colibrí Cola Espátula (Loddigesiamirabilis) y la Pava Aliblanca (Penelopealbipennis).
La ruta principal se dirige de oeste a este, desde las ciudades de Trujillo o Chiclayo, ideal para observar las especies del bosque seco.
Los espacios geográficos ubicados a lo largo de esta ruta están influenciados por la altitud de los andes en esta zona y por el clima tropical que domina la región norte. El norte también incluye las áreas de Tumbes y el Marañón y la megarregión de Iquitos (Loreto), ricas en variedad de especies endémicas.
El Paso Abra Patricia (Amazonas) en conjunto con la Estación Biológica Lechucita Bigotona se han convertido en uno de los puntos de observación de aves más conocidos con excelentes bosques junto a la ruta y en el sistema de caminos que el área protegida ofrece, donde habita la especie redescubierta Lechucita Bigotona (Xenoglauxlowerii), se suma a este lugar el Centro de Interpretación Huembo para la observación de colibríes, donde destaca el colibrí cola de espátula.
Los remotos territorios de la etnia Awajún, ubicados a lo largo de las riberas del río Marañón, Cenepa, Santiago y sus alrededores (región Amazonas), albergan especies como el endémico Hormiguero de Máscara Blanca (Pithyscastaneus) y la endémica regional Tangara de Garganta Naranja (Wetmorethraupissterropteron).
Ruta centro
La ruta de observación de aves del Centro del Perú constituye una alternativa interesante a las rutas del norte y sur que demanda menos tiempo para explorar. El circuito cubre una serie de zonas de vida que son, en varios casos, exclusivas a la sección central de nuestro tan diverso país.
Esta ruta es accesible por tierra directamente desde la ciudad de Lima y depende del tiempo que dispone el viajero para proseguir con su viaje y llegar hasta la llanura amazónica que rodea a la ciudad de Pucallpa, a 746 kilómetros al este de la capital.
La ruta ofrece una gran cantidad de alternativas para la observación de aves considerando la cantidad de zonas de vida y hábitats que se encuentran.
En diversos puntos de la ruta se puede hallar especies endémicas interesantes, tales como la Tangara de Montaña de Dorso Dorado (Buthraupisaureodorsalis) y el Zambullidor de Junín (Podicepstaczanowski).
Entre los espacios geográficos que ofrece esta ruta se encuentran: el valle de Santa Eulalia, la laguna de Marcapomacocha, el bofedal de Milloc, el abra de Ticlio o Anticona a más de 4,800 msnm, el lago de Junín, el bosque de Unchog, las montañas y el túnel de Carpish.
También, el Parque Nacional Tingo María (con sus accesibles cuevas de Guácharos) y las tierras bajas de la llanura amazónica que rodean Pucallpa, ubicada a las orillas del río Ucayali, uno de los dos principales tributarios del río Amazonas.
Desde Pucallpa se puede partir hacia los Cerros del Sira, una cadena montañosa aislada de los andes donde puede ser hallada la Tangara del Sira (Tangara phillipsi), o hacia la cuenca del río Cushabatay, para buscar el Barbudo de Franja Escarlata el (Capito Wallacei).
Se consideran también como destinos de esta ruta los lugares que pueden ser explorados en una excursión de un día (day trip) desde la ciudad de Lima. Las primeras opciones son el puerto de Callao y Pucusana para observar aves pelágicas y semipelágicas.
Cerca de Lima se encuentran también el área protegida de los Pantanos de Villa en la periferia sur de la ciudad, los Humedales de Ventanilla, cerca al aeropuerto. Y la Reserva Nacional Lomas de Lachay 100 km al norte y/o la playa y humedales de Paraíso (km 130 de la Panamericana norte).
La ruta del centro comprende también el valle de Chanchamayo y sus localidades (San Ramón, La Merced, Oxapampa, Villa Rica y Pozuzo), regiones de Junín y Pasco.
Viaje al sur
La ruta de observación de aves de la región del Sur es históricamente la más conocida. El circuito es conocido también como la “Ruta de la megadiversidad”. El recorrido atraviesa las ricas aguas marinas de Paracas y las enigmáticas líneas de Nasca; los Andes por Pampa Galeras (donde se protege a las vicuñas), o por Arequipa y el Colca, o Cusco; el altiplano de Puno y el lago Titicaca hasta llegar a la llanura del Manu y Tambopata, en Madre de Dios.
Esta ruta se caracteriza por tener la mejor infraestructura de las tres rutas de aves y ser cuna del imperio Inca. Entre las principales aves que se puede encontrar figuran las que habitan en los bosques de Polylepis o Queñuales, son aves que visitan lamederos de arcilla (llamados Collpas); aves especialistas de bambú y aves seguidoras de hormigas; entre otras categorías de especialización.
Las aves más emblemáticas son, el Cucarachero Inca (Pheugopedius eisenmanni), el Gallito de las Rocas (Rupicola peruvianus).
Marca mundial
Global Big Day. Durante este concurso organizado en 2015 por eBird y la Universidad de Cornell (Estados Unidos) para promover la observación de aves a escala mundial durante un día completo el Perú reportó un total de 1,177 especies observadas, ganando a países como Brasil, 1,099; Colombia, 831; y Estados Unidos, 713.
En ese concurso los departamentos peruanos de Madre de Dios y Cusco fueron los lugares donde se registraron la mayor cantidad de aves con 441 y 428 especies respectivamente.
En los departamentos de Cusco y Madre de Dios se registró la mayor cantidad de aves con 441 avistamientos. Loreto ocupó el tercer lugar de los departamentos con mayor número de avistamientos de aves. Se registraron 322 aves.
En el Amazonas se registraron 276 avistamientos de especies de aves. El quinto puesto lo ocupó el departamento de Piura con 201 avistamientos.
Los lugares elegidos para la observación de aves fueron: la Reserva Nacional de Tambopata, en Madre de Dios; Parque Nacional de Tingo María, en Huánuco; Santuario Nacional Los Manglares, en Tumbes; Parque Nacional Cerros de Amotape, en Tumbes y Piura.
Asimismo, Santuario Histórico Bosque de Pómac y Refugio de Laquipampa, en Lambayeque; Santuario Nacional Lagunas de Mejía y Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa; Reserva de Biósfera del Manu, que comprende las regiones de Madre de Dios y Cusco.