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Peter Yamakawa, decano de ESAN Graduate School of Business: "La universidad debe ser un actor social de transformación personal"
Martes, Noviembre 17, 2020 - 14:41

Durante este periodo, hay un especial cuidado en evitar el fraude académico, pero más importante aún es el fomentar una cultura de integridad. Para Yamakawa, es fundamental que los estudiantes reparen en los efectos negativos de una conducta no ética, tanto a nivel universitario, de posgrado, en su vida laboral y personal.

La pandemia ha traído graves consecuencias sociales y económicas. En el caso de las universidades, se tuvieron que enfrentar a nuevos retos como la modernización de su infraestructura digital, avanzar en el desarrollo de las clases online y crear experiencias únicas y relevantes de aprendizaje, al igual que capacitar a profesores que no siempre están familiarizados con nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza.

Sin embargo, también han surgido nuevos desafíos relacionados con las clases online. Tal es el caso del aumento del fraude académico, el cual pone a prueba a toda la comunidad estudiantil. Pero las universidades no solo quieren pesquisar estos actos, sino que también promover una cultura de integridad y honestidad.

Sobre esto se refirió Peter Yamakawa, decano de ESAN Graduate School of Business.

-¿Qué tan clave es garantizar la integridad al interior de las universidades?

Gran parte de las problemáticas actuales de nuestra sociedad se originan por la falta de valores de los gobernantes, autoridades públicas y cómo no de los ejecutivos que toman decisiones en las empresas. El no pensar en el bienestar común de la sociedad, en el desarrollo sostenible del ambiente y en los impactos de nuestras acciones nos han llevado a un contexto complicado donde es común ver estallidos sociales producto de las grandes brechas que existen, tanto económicas, de género, entre otras.

Por ello, es clave que la academia, entendida como las instituciones educativas como las universidades, tomen un rol más activo en el fomento de la integridad de sus estudiantes y docentes.

La preocupación no solo debe residir en transmitir conocimientos, sino en incentivar el pensamiento crítico y el fomento de valores, que si bien vienen del hogar es en las aulas donde se puede intentar cambiar para bien a las personas que vienen a capacitarse.

Hoy la universidad debe ser un actor social de transformación personal, donde se forme a futuros líderes con valores y una visión de futuro para la sociedad, donde se pondere las acciones que se realizan con el impacto que tienen en los demás.

-A raíz de la pandemia, ¿puede que esté en juego la ética de los estudiantes?

La ética de los estudiantes va más allá de la modalidad de enseñanza que reciban. Quien no quiere aprender y solo busca aprobar una asignatura o programa verá la forma de optar por el camino más fácil para lograrlo, el cual no siempre es ético. Pero quien quiere aprender realmente seguirá estudiando y trabajando para lograr que los conocimientos que recibe sean completamente asimilados. Yo no diría que la ética de los estudiantes está en juego a raíz de la pandemia, ya que es una condición que se pone a prueba en el día a día, con las decisiones que un estudiante toma durante sus estudios.

En todo caso, la reflexión más importante sería cómo hacer para que más estudiantes reparen en los efectos negativos de una conducta no ética, tanto a nivel universitario, de posgrado, en su vida laboral y personal. Es aquí donde las instituciones educativas tienen el reto de evidenciar cómo las problemáticas que enfrentamos como sociedad son en gran parte debido a decisiones alejadas de la ética y la responsabilidad.

-Algunas instituciones afirman que pasaron de evitar el plagio a instalar una cultura de integridad, ¿qué beneficios tiene esto?

El fomentar una cultura de integridad en lugar de solo evitar el plagio permite formar profesionales más reflexivos sobre el impacto de una conducta no ética y la importancia de no normalizar este tipo de situaciones. El plagio encubre una mentira, que es la no preparación para una prueba o examen, y una situación como esta es muchas veces el inicio de un comportamiento no ético de forma continua en la vida, tanto en el ámbito personal como profesional.

Quien plagió y no tuvo sanción o una conversación correctiva, es probable que mañana siga mintiendo pero ahora en su hoja de vida para ocupar un cargo determinado y así la cadena va escalando. Para cortar esta situación es mejor advertir todo este panorama para que los estudiantes puedan recapacitar y darse cuenta que los caminos fáciles no conducir a la larga a un bienestar social.

-¿Cree que en estos últimos años en América Latina hay una mayor conciencia por resguardar la integridad al interior de las universidades, tanto para profesores como para alumnos?

Sí y ello obedece a que las universidades vienen adaptándose a los mismos cambios de la sociedad, que demanda mejores condiciones para sus ciudadanos, tanto a nivel de reducción de brechas, igualdad de oportunidades y una mayor consciencia sobre la necesidad de combatir y acabar con el sexismo, el machismo, la discriminación, el acoso, etc. Justamente, para evitar que este tipo de actos se cometan dentro de los campus es que a través de los distintos organismos públicos se vienen promoviendo directivas para castigar con dureza a quienes los cometan.

Al mismo tiempo, también existe una mayor preocupación por educar sobre cómo prevenir situaciones de este tipo. Algunas de las medidas para resguardar la integridad de profesores y estudiantes son las directivas sobre prevención y procedimiento de investigación para los actos de hostigamiento sexual, por ejemplo.

También quiero rescatar el papel que han tenido los estudiantes, quienes desde sus intervenciones en clase evidencian que la integridad de la persona es lo primero que hay que resguardar y por ello no dudan en criticar o rebatir algún comentario polémico que un profesor pueda tener.

-¿Qué buenas prácticas tiene ESAN en este tema?

Contamos con diversos protocolos y directivas para salvaguardar la integridad de nuestros profesores y alumnos. Estos protocolos y directivas se actualizan constantemente acorde a las disposiciones de las entidades y organismos reguladores, y les son comunicados a todos los miembros de nuestra comunidad universitaria por diferentes canales. Incluso hay charlas para profundizar sobre los mismos. Esto último se da más con nuestros profesores para que estén al tanto de cómo venimos trabajando en este importante aspecto.

Algunos de los protocolos y directivas que podemos mencionar son: la directiva sobre prevención y procedimiento de investigación para los actos de hostigamiento sexual; la Directiva sobre uso adecuado de los recursos informáticos; la Directiva sobre regulación de tránsito y estacionamiento vehicular, entre otros.

También contamos con áreas encargadas de velar por el cumplimiento de estos protocolos como Defensoría Universitaria, Área de Bienestar Social en el caso de Pregrado. A nivel de posgrado contamos con una red de coordinadoras académicas que se encargan de tener contacto con nuestros estudiantes y transmitirles toda esta información y acompañarlos a lo largo de su experiencia en nuestras aulas. Si es que hubiera algún inconveniente extraacadémico también se aborda y dependiendo de la gravedad se involucran a las direcciones académicas u otras áreas de soporte transversal de la universidad.

A nivel de prácticas para velar por la ética y la integridad de nuestros estudiantes en su día a día, como la corrección de trabajos u exámenes, contamos con softwares y herramientas digitales para el monitoreo de las clases a distancia y para una adecuada evaluación del estudiante. Apostamos por generar el pensamiento crítico y nuestra evaluación busca la participación constante del estudiante.

Ahora, cuando se trata de evaluaciones, dependiendo de la asignatura y el programa académico, hay diversos requerimientos que se piden para garantizar que el estudiante esté completamente enfocado en la prueba y no tenga otros elementos distractores, pero cada caso es particular.

Asimismo, tanto a nivel pregrado como posgrado, la ética, los valores y también la responsabilidad social, son aspectos que se enseñan de manera transversal, sin importar la carrera o el programa que estudien nuestros estudiantes. Apostamos por incentivar la elaboración de proyectos con impacto social y que sean responsables con el ambiente. Por ello, en los trabajos y evaluaciones se hacen mucho énfasis en este punto.

Finalmente, es importante mencionar que contamos con un Reglamento del Tribunal de honor universitario donde están los alcances de buen comportamiento y exigencias que como universidad le pedimos a nuestros estudiantes.

Autores

Daniela Arce