Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Es claro que Pfizer ha superado los duros golpes de hace unos años por la pérdida de patentes importantes como Viagra y Lipitor, y ahora regresó por sus fueros al liderazgo. Logró cerrar el último año siendo la número 1 en ventas en México con una participación de 6,5% del mercado.
En el 2017, Pfizer registró ingresos en México por más de US$ 530 millones, creciendo 9% contra el 2016, un nivel que estuvo muy por encima de 5% que creció el mercado farmacéutico nacional.
No es que México pinte mucho dentro de los US$ 52.500 millones que vende Pfizer a nivel mundial, pues representa apenas 1%, pero su crecimiento sí refleja una recuperación destacable dentro de la región, pues además aquí tiene una planta importante que exporta hacia toda América Latina.
Su CEO mundial, Ian Read, quien por estos días anda de visita en México, debe estar contento con Rodrigo Puga, el director general de Pfizer en el país, quien en poco más de un año logró un gran impulso en los resultados locales de la compañía.
También le está tocando renovar la planta de producción en Toluca, donde en dos años la compañía está invirtiendo US$ 17,3 millones para expandir, renovar y montar nuevas líneas de producción. Desde esta planta de 10 hectáreas, Pfizer exporta, por ejemplo, todo el Viagra consumido en Latinoamérica y el Caribe, entre muchos otros productos. Sin embargo, 80% de su producción abastece al mercado mexicano con una gama de medicamentos como hormonales, antibióticos, entre otros.
Platicamos con Puga hace unos días y nos compartió que esa expansión en ventas de casi el doble del mercado la consiguió gracias al ADN innovador de la compañía, pues en el 2017 lanzaron cinco nuevos productos: un antibiótico para pacientes de cuidados críticos —en época de resistencia antimicrobiana—, un anticonceptivo autoinyectable que dura tres meses, incursionó en el segmento de preservativos, lanzó un nuevo multivitamínico y algunos productos de su línea de genéricos.
Para este 2018 prevén seguir con ese ritmo de lanzamientos: un nuevo producto para menopausia y prevención de osteoporosis; un antibiótico más para ampliar su arsenal terapéutico, en genéricos nuevas formulaciones de productos para el dolor agudo, así como una nueva formulación de su multivitamínico Centrum para mayores de 50.
Hay que decir que Pfizer aún está por ver el beneficio innovador de la adquisición que hizo en el 2016, de la biofarmacéutica Medivation por US$ 14.000 millones, para ampliar su portafolio en oncología, pero están vislumbrando que tarde o temprano derive en un pipeline integral de nuevas indicaciones para cáncer de próstata, mama, ovario, así como otros cánceres sólidos y sanguíneos.
Investigación y desarrollo es otra área donde Puga está poniendo empeño, pues ve un potencial mucho mayor para México. En este ámbito, Pfizer invirtió el año pasado unos US$ 15 millones (a nivel global dedicó US$ 7.600 millones), pero pudiera ser el doble. De los 87 protocolos globales que Pfizer tiene actualmente, está corriendo 38 protocolos con 1,023 pacientes mexicanos en 78 centros de investigación cubriendo áreas terapéuticas como Oncología, Cardiovascular, Neurología, Inflamación e Infectología.