El “villano favorito” del público estadonidense será juzgado por crear una “pirámide de a felicidad” con el fondo de cobertura MSMB Capital Management y la biofarmacéutica Retrofina.
Martin Shkreli, el empresario farmacéutico vilipendiado como el "pharma bro" por elevar el precio de una droga un 5.000%, irá a juicio a partir de este lunes por lo que los fiscales estadounidenses consideran un esquema Ponzi, llevada a cabo en su antiguo fondo de cobertura y con un laboratorio controlado por él.
Los fiscales han acusado a Shkreli de mentir a los inversionistas en el fondo de cobertura y llevarse a éste millones de dólares en activos de la compañía biofarmacéutica Retrofina Inc. para pagarles. El ex ejecutivo se ha declarado no culpable.
El juicio, que será escuchado por el juez de distrito Kiyo Matsumoto en Brooklyn, se espera que dure de cuatro a seis semanas.
Shkreli, todavía con un aire infantil a sus 34 años, indignó a los pacientes y los legisladores estadounidenses al elevar el precio de la droga antiparasitaria Daraprim a US$750 por pastilla, del precio original de US$ 13,5 en 2015, cuando era presidente ejecutivo de Turing Pharmaceuticals.
Sin embargo, los cargos que llevaron a su arresto en diciembre de 2015 no están relacionados con Turing sino que se centran en la administración de Shkreli en el citado Retrophin y el fondo de cobertura MSMB Capital Management entre 2009 y 2012.
Los fiscales dijeron que Shkreli mintió sobre las finanzas de MSMB para atraer a los inversionistas y ocultar las devastadoras pérdidas comerciales de ellos. Dijeron que pagó a los inversores con dinero robado de Retrophin, que fundó en 2011.
El caso criminal ha llamado la atención en parte debido a la negativa de Shkreli a mantener un perfil bajo. Él ha seguido para cortejar el ojo público, especialmente a través de las redes sociales, complicando con ello su defensa.
En una audiencia del lunes pasado, los fiscales se negaron a aceptar la solicitud de Shkreli de reducir su fianza en US$ 3 millonespor que dijo que necesitaba pagar impuestos y facturas legales, señalando que su propio público habla de su riqueza.
Desde su arresto, Shkreli ha hecho alarde de las compras suntuarias, incluyendo una máquina del código Enigma de la Segunda Guerra Mundial, una pintura de Picasso y álbumes inéditos de Wu-Tang Clan y Lil Wayne.
En abril, ofreció US$ 40,000 a un estudiante de la Universidad de Princeton que resolvió una prueba matemática. En mayo, prometió a Facebook pagar US$ 100.000 por pistas que llevaran al arresto de la persona que mató al ex empleado del Comité Nacional Democrático Seth Rich.
Como si eso no bastara, Shkreli fue expulsado de Twitter en enero por acosar a una periodista que escribió un a columna de opinión para Teen Vogue criticando al presidente Donald Trump, a quien Shkreli ha apoyado.
La necesidad de llamar la atención de Shkreli a veces ha exasperado a su abogado, Benjamin Brafman, quien instó al juez Matsumoto, la semana pasada, a no dar mucho peso a las "declaraciones absurdas" de su cliente.
Imagen: Martin Shkreli (centro) y su abogado (izquierda) Benjamin Brafman. Crédito, REUTERS/Brendan McDermid.