Ad portas de escindir su división de salud en una empresa separada de la de iluminación, la multinacional holandesa hace una fuerte apuesta por ampliar sus productos más allá de diagnóstico y tratamiento.
Por Ximena Bravo, Santiago. Desde un supercepillo de dientes eléctrico hasta sofisticadas tablets para el hogar, que envían información diariamente sobre los signos vitales de los pacientes a doctores ubicados remotamente. Así de amplio es el espectro que se ha propuesto abordar Philips Health Tech en la vida de las personas.
En septiembre de 2014, Philips anunció el plan de separar en dos empresas distintas su división de salud más consumo que se llamará Philips Health Tech, y la de iluminación. El proceso debiera culminar en enero de 2016. Esto con el objetivo de focalizar sus esfuerzos de participar en el complejo mercado del cuidado de la salud, en el que intervienen elementos distintos que en otras industrias, ya que se trata de la vida de las personas, y que hoy representa el 42% del ingreso global por ventas de Philips.
En el trecer timestre de 2015, las ventas de cuidado de la salud de Philips crecieron 3% en un año, levemente superiores a las ventas generales que subieron 2% a US$ 6.300 millones.
“Philips tenía una presencia fuerte en diagnóstico y tratamiento del paciente”, dice el CEO de Healthcare de Philips para América Latina, Daniel Mazón. “Aunque seguirán las innovaciones clínicas en eso, ahora lo que buscamos es estar en la vida de las personas desde principio a fin. Nuestro eje se amplía: vida saludable, prevención, diagnóstico, tratamiento y home health o cuidados en el hogar. Bajo esos ejes están todos los productos desarrollados y por desarrollar que se relacionan entre sí”.
Con home health, Philips busca ofrecer servicios para uno de los principales problemas de los hospitales, que es el costo de día cama. “A nivel mundial se está privilegiando la hospitalización domiciliaria, especialmente con los enfermos crónicos, que necesitan más que nada cuidados de enfermería, que perfectamente los podrían tener en sus domicilios”, dice Ruth Novoa, directora de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello de Chile.
Tener a la familia o los cuidadores capacitados y facilitarle equipamiento como catre clínico, o de control, como un test rápido y sencillo de glicemia y colesterol o una bomba de oxígeno, permite abaratar costos al sistema de salud y al paciente sin descuidar su bienestar, dice la especialista, quien trabajó por varios años en la división de inversiones del Ministerio de Salud de Chile. “Permite a los recintos hospitalarios concentrarse en los enfermos de mayor complejidad, que requieren otro tipo de equipamiento médico”. Las necesidades de los prestadores van hacia la medicina domiciliaria, afirma.
Hay dos tendencias de los sistemas de salud que Philips observa para guiar su negocio: uno es el fuerte aumento de los costos, que no necesariamente impactan en mejores resultados, por lo que su apuesta es hacia productos más eficientes. Por ejemplo, que tengan un mayor rendimiento. Para la directora ejecutiva de Asesoría en Salud, Rosa Zuazua, la ecuación no es tan sencilla. “En la práctica un equipo que permita realizar exámenes en menor tiempo y con un rápido tiempo de respuesta es efectivo, pero hay que evaluar si el costo de la inversión es elevado y en qué plazo se financia. Es deseable que el costo de la inversión pueda ser financiado en el corto plazo: tres años máximo, por la obsolescencia tecnológica”.
La otra tendencia que observa Philips es hacia el envejecimiento de la población, que genera una demanda diferente, como la derivada de la prevalencia de enfermedades crónicas. “Hay cambios en el perfil epidemiológico de la población, con predominancia de patologías crónicas (diabetes y demencia senil) y asociadas a los estilos de vida (población adulta fumadora y obesa) a nivel mundial”, dice Rosa Zuazua.
“Al mirar este mix, que incluye al consumidor cada vez demandando más, llevó a la empresa a decir que “necesitamos ampliar la manera como Philips actúa en el sistema de salud”, dice el ejecutivo brasileño.
El informe mundial sobre el envejecimiento y la salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de setiembre pasado dice: “los cambios tecnológicos también están acompañando el envejecimiento de la población y crean oportunidades nunca antes disponibles. Por ejemplo, internet puede permitir una conexión permanente con la familia a pesar de la distancia, o acceder a información para orientar la autoasistencia de una persona mayor o proporcionar apoyo a los cuidadores”.
Después de los 60 años, la discapacidad y la muerte sobrevienen en gran parte debido a las pérdidas de audición, visión y movilidad relacionadas con la edad, y a las enfermedades no transmisibles, que incluyen las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades respiratorias crónicas, el cáncer y la demencia, dice el informe de la OMS.
Más y mejor vida
Los productos que desarrollará Philips estarán enfocados en cardiología, oncología, el área respiratoria, y de obstetricia y fertilidad. “Para esto desarrollaremos productos internamente y también habrá compras”. Un ejemplo de esto es la compra de la empresa Vulcano, fabricante de dispositivos médicos para tratar enfermedades cardiacas comprada por Philips a principios de año por US$ 1.200 millones, su adquisición más grande en el sector salud en siete años.
Desde mediados de la década de 1980 –dice la consultora Zuazua– “las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores malignos constituyen las principales causas de muerte, presentándose mayoritariamente en la población adulta y adulta mayor”.
El espacio que comprende vida saludable, prevención, diagnóstico, tratamiento y cuidados en la casa es un mercado que hoy mueve US$ 153.000 millones en el mundo, dice el ejecutivo. A nivel global, “hoy tenemos cerca del 10% de ese mercado. Nuestra ambición es llegar casi al doble de eso. Esperamos [lograrlo] en 2020”.
Los dispositivos de ayuda, como los aparatos de audición, son más funcionales y asequibles que en el pasado, y la ‘tecnología ponible’ ofrecen nuevas oportunidades para controlar la salud y ofrecer asistencia sanitaria personalizada, dice el informe de la OMS.
Otro aspecto del negocio de la salud que busca desarrollar Philips es el de la minería de datos, conocida como big data. “Detrás de todos los aparatos que ya tenemos hay una plataforma digital, que es la parte de conexión y análisis clínico de las informaciones. El año pasado había doscientos millones de pacientes conectados a un aparato Philips. Estamos transformando esa información en recomendaciones, en ayuda, en gestión de la salud de la población”, dice Mazón. “La plataforma está, tenemos varios productos conectados y la idea es que todos lo estén”.
La OMS reconoce la importancia de la data para generar indicadores y métodos. “Estos tendrán que provenir de un amplio espectro de campos y permitir que se hagan comparaciones y posibles vinculaciones con datos recogidos en distintos países, contextos y sectores”, dice su informe.
Philips tiene 125 años en América Latina y el cuidado de la salud representa el 60% del negocio de Philips en la región. “Acá tenemos fábricas y centros de investigación”, dice Mazón, para destacar la importancia de la región para Philips no solo desde el punto de vista de clientes. En Brasil, con la compra de una empresa local, Philips comenzó hace algunos años a desarrollar la que hoy es su plataforma global para la gestión de hospitales, que abarca módulos de indicadores financieros para la administración, sistemas de almacenaje de imágenes, farmacia, agendamiento de pacientes, entre muchos otros. “Es un sistema bastante completo para servir a hospitales, y se llama Philips Tassi”.