Cualquier novedad en la piel, como la aparición de nuevas irregularidades, deben ser motivo de consulta al médico.
Las manchas y los lunares que aparecen repentinamente durante el verano, así como aquellos que cambian de forma, color, tamaño, o se ulceran, pican, sangran o duelen pueden ser el inicio de un cáncer de piel muy agresivo, llamado melanoma.
“Las personas cuyos lunares de nacimiento presentan alguna de las características y/o lesiones mencionadas deben acudir al médico para hacerse un descarte de cáncer de piel, a fin de prevenir o detectarlo tempranamente. Y si son sospechosos de cáncer deben ser extirpados antes de que causen alguna molestia”, explica la doctora Victoria Morante, presidenta del Círculo Dermatológico del Perú.
“Se debe ir al dermatólogo para hacerse un descarte, si se tiene un ‘lunar nuevo’, plano y de coloración oscura que ha aparecido repentinamente en la temporada de verano y tiene alguna de las características del ABCDE del lunar”.
“Es decir, si es asimétrico, con bordes irregulares, colores distintos, mide más de 6 milímetros o causa alguna molestia (pica, duele o sangra), ya que estos son los más peligrosos”, explica la especialista a propósito de la XXIII Campaña Nacional de Educación, Prevención y Detección Temprana de Cáncer de Piel y Melanoma, denominada “Día del lunar”.
Los “lunares nuevos” aparecen generalmente en la espalda, dedos del pie y palma de las manos y, en algunos casos, debajo de las uñas del pie confundiéndose muchas veces con hongos cuando en realidad se trata de un melanoma acral, el más agresivo y maligno de todos los melanomas.
La especialista advierte que los lunares que son sospechosos deben ser extirpados como medida de prevención y sometidos a una biopsia para determinar si son benignos o malignos.