Por Carlos Kühl Nogueira, Director General de InterSystems para América Latina.
Según el Índice Mundial de Ciberseguridad 2015, elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) junto a la empresa ABI Research, Chile está en el lugar n°16 bajo países como Argentina (n°15), Colombia (n°9), Uruguay (n°8) y Brasil (n°5). El índice mide cinco factores: medidas jurídicas, medidas técnicas, medidas organizativas, creación de capacidades y cooperación internacional. Su finalidad, dar cuenta sobre la presencia de estructuras nacionales para implementar y promover la ciberseguridad.
El resultado de nuestro país en este índice es un fiel reflejo de la carencia de una Política Nacional de Ciberseguridad (PNCS), que se ha postergado por demasiado tiempo y distintos gobiernos. Esto afecta directamente a la salud y los proyectos del sector que están en carpeta, como la creación de una ficha médica única y lograr conectividad entre los distintos centros asistenciales del país. En este ámbito, la seguridad es clave ya que no sólo hablamos de datos personales, sino de información que, sin ser alarmistas, puede salvar vidas.
Es por esto que el proyecto de ley sobre protección de datos personales firmado hace un par de semanas por la Presidenta Michelle Bachelet, que forma parte de la Agenda de Probidad y Transparencia del Gobierno de, es una excelente noticia para el sector de la salud. Además, esto se suma a la promulgación del Convenio de Budapest sobre el Cibercrimen, en el que Chile se compromete -junto a los otros Estados miembros- a tener políticas de persecución criminal en común frente al ciberdelito. Con esto Chile se convierte en el primer país de Latinoamérica que lo firma, justificando su posición como líder de la región en el desarrollo digital.
La seguridad de los datos era sin duda el talón de aquiles de los proyectos en carpeta del sector salud, razón por la que lo ocurrido el pasado 27 de abril será un hito que marcará un antes y después de la salud en Chile. Según el Informe Ciberseguridad 2016, elaborado por el Observatorio de la Ciberseguridad en América Latina y el Caribe, los delitos del cibercrimen cuestan alrededor de US$ 90.000 millones al año a nuestra región. De ahí la importancia de estos avances.
Si duda la tecnología es un eje fundamental para avanzar en materias de salud, pero sin un Plan Nacional de Ciberseguridad, que resguarde y apoye el desarrollo tecnológico, la tarea se veía un tanto utópica. Es por esto que el proyecto de ley sobre protección de datos personales y la promulgación del Convenio de Budapest firmados por Bachelet, se convierten en los primeros pasos para que la salud en Chile de el salto que necesitaba hace años. Pasos de una importancia tremenda, ya que no sólo serán útiles para hospitales, clínicas y diversos centros médicos del país, sino que también serán el eje vital para mejorar la salud de todos los chilenos.