Según las metas de la OMS, para 2030, se deberían identificar 90% de los casos nuevos.
Actualmente existen entre 400.000 y 600.000 mexicanos con el virus de la hepatitis C, lo que nos coloca como el segundo país en América Latina con mayor número de afectados. “Ésta es una enfermedad que puede ser mortal y durante muchos años pasar inadvertida, más de la mitad y en algunos casos 75% de los enfermos no sabe que la padecen hasta que se tienen manifestaciones muy evidentes de insuficiencia hepática, como un cáncer de hígado o cuando ya se requiere un trasplante, éstas ya son etapas tardías. “Lo que se quiere es la detección oportuna y poderlos curar”, aseguró el doctor Enrique Wolpert Barraza, gastroenterólogo y hepatólogo, coordinador de la Coalición para el Estudio de la Hepatitis C.
Sabiendo que el virus de la hepatitis C podría borrarse de la faz de la tierra y que pudiera ser la primera enfermedad infecciosa que pueda eliminarse con tratamiento, ningún esfuerzo es poco, agregó el también presidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado las metas sobre esta enfermedad. Para el 2030 deberíamos estar identificando 90% de los casos nuevos, eliminando 85% a los pacientes portadores y en 65% las muertes atribuidas y causadas por el virus B y C de la hepatitis.
Algunos países se han adelantado y tienen metas mucho más ambiciosas que las propuestas de la OMS, incluso para el 2025, en México con el objetivo de revisar, analizar, discutir y emitir recomendaciones constantemente sobre la mejora en las políticas de atención y control de la hepatitis C como problema de salud pública, se creó la Coalición para el Estudio de la Hepatitis C.
“Somos un grupo que nos dedicamos a diversas áreas de la medicina, encabezados por hepatólogos que vemos enfermedades del hígado, pero también hay epidemiólogos, funcionarios de la Secretaría de Salud y especialistas en salud pública, que ven también a los pacientes con hepatitis”.
En entrevista, el especialista explicó que desde noviembre del 2015, en una primera etapa lo que se hizo a través de esta coalición fue obtener información con datos duros de lo que representa la enfermedad en México, la cantidad de enfermos, prevalencia, incidencia, y ese documento fue entregado a las autoridades de salud el año pasado, que muy probablemente sirvió para la creación del Programa de Acción Específico de Atención y Control de la Hepatitis C en México.
Para este año se inició una segunda etapa de la coalición e invitaron a otros actores. Funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, del Instituto de Salud del Estado de México, de las Fuerzas Armadas, de Petróleos Mexicanos, y otros actores de quienes tienen a su cargo la participación y programas de hepatitis C en cuanto a la detección y tratamiento, además de organizaciones de la sociedad civil de Baja California y la Ciudad de México.
“Se han formado subgrupos, unos enfocados en estudiar a la población vulnerable, tales como personas adictas a drogas, a quienes están privados de la libertad, portadores de VIH, esto tiene mucha importancia, porque en ellos la prevalencia es mucho mayor, son personas en las que se tiene que hacer un diagnóstico y luego que tengan acceso al tratamiento con los nuevos medicamentos que nos permitan prácticamente curar a todos los pacientes con hepatitis C, cosa que antes no se podía”.
Agregó que en México se está luchando por convencer a las autoridades “y creo que lo hemos logrado, somos un equipo muy comprometido para hacer llegar el mensaje. Es costo-efectivo tratar a todos los pacientes con los nuevos antivirales directos antes de que lleguen a las etapas tardías.
“Eso es lo que queremos, ¿lo vamos a lograr o no? Aun no lo sé, pero la única forma de intentarlo es seguir trabajando en la detección y acceso a tratamiento de estos pacientes. Seguimos luchando por un programa nacional para que todas las instituciones lleven un registro nominal minucioso de todos los casos diagnosticados y tratados, en esa forma sí podremos acercarnos a los objetivos y metas de la OMS”.
Wolpert aseguró que lo que debiera estar más que consolidado a estas alturas son campañas de detección del virus, “siendo una prueba muy sencilla y barata, debería estar en todos los servicios de urgencia y cercana a toda la población, esto requiere un presupuesto desde luego, pero una vez más, esto es costo-efectivo y podría ser un enorme logro en la salud de México”.