Justo unas horas antes de su detención por la policía cubana, el periodista opositor al gobierno de Cuba conversó con Deutsche Welle sobre sus miedos y su compleja situación judicial.
"En cualquier momento me vienen a buscar”, decía a Deutsche Welle este miércoles (11.09.2019), a las 09:00 horas, el periodista Roberto Jesús Quiñones Haces desde su casa en Cuba. Y tal como él mismo lo predijo, en horas de la tarde de ayer, el periodista fue detenido por la Policía cubana.
Justamente el miércoles el One Free Press Coalition List (Coalición por una Prensa Libre) -de la cual forma parte Deutsche Welle- mencionó a Quiñones Haces como uno de los diez reporteros que se encuentran en mayor riesgo por su trabajo. El periodista cubano dijo a este medio que se enteró por otros periodistas de su nominación: "Tengo bloqueado casi todos los días el servicio de Internet”, señaló.
DW habló en exclusiva con Roberto Quiñones solo unas horas antes de su detención y este contó en detalle lo que significa para él ser periodista de oposición en Cuba.
Deutsche Welle: ¿De qué lo acusa la Justicia cubana?
Roberto Quiñones: Me acusan de haberme resistido a la detención del Tribunal Municipal de Guantánamo el día 22 de abril de este año. Ese día yo estaba en el portal del Tribunal, conversando con la hija de unos pastores evangélicos que iban a ser enjuiciados por querer educar a sus hijos en casa. Y ni siquiera había alcanzado a preguntar algo más, cuando llegó la Policía. Sin decirme mucho, se acercaron a mí para detenerme. Yo soy abogado y sé que no estaba cometiendo ningún delito. Entonces, lo único que hice fue preguntarle a ese individuo por qué me estaban deteniendo, y de inmediato, sin darme ninguna explicación, el policía me dobló los brazos, los colocó en mi espalda, me esposó y me empujó con tanta fuerza que caí al piso, arrastrándome hasta el carro patrullero.
Yo le empecé a decir que era un abusador, y no paró de golpearme durante todo el camino hasta la unidad de policía, lo que me causó lesiones en el rostro, perforándome incluso un oído. Llegué totalmente ensangrentado a esa unidad, al extremo de que el jefe de la unidad ordenó que me sacaran del calabozo y me llevaran al hospital para que fuera atendido por un médico.
Este polícia, sin embargo, dice que él no cometió ningún delito, y que fui yo el que cometió el delito de resistencia y desobediencia. Y por eso me llevaron a la Justicia ordinaria y me sancionaron con un año de privación de libertad. [N. de la R.: La condena se ejecutó este miércoles (11.09.2019), día en que Roberto Quiñones fue detenido y encarcelado, horas antes de esta entrevista.]
¿No le da miedo lo que pueda pasar con usted en la cárcel?
Siento temor por la violencia que ellos pueden tener comigo por esta especie de rebeldía. Pero tengo mi conciencia muy tranquila, he rezado mucho y le pido cada día fuerzas a Dios. Estoy preparado para lo que venga. Siento temor, es verdad, pero también siento la fuerza de otras personas que me van a estar acompañando en esos momentos.
A usted le dieron la opción de pagar una multa y terminar con el caso. ¿Por qué no aceptó?
Todas las pruebas que existen son falsas e incriminatorias hacia mi persona. Y como no existe ninguna prueba a mi favor, lo tomo como una violación a lo que está establecido en el procedimiento penal cubano.
¿Qué opina su familia sobre esta situación?
Es muy duro, porque yo tengo dos hijos que viven en Estados Unidos y están muy preocupados con lo que está pasando. Y por las condiciones actuales, mi familia está muy dividida por mi situación. Hay algunos hermanos y otros familiares que me critican y me aconsejan que acate los pronunciamientos del Gobierno. Pero yo no lo entiendo así. Lo entiendo como un problema de dignidad y debo hacer lo que me dicta mi conciencia.
Prefiero quedar mal con las personas que amo, mucho antes que quedar mal con mi conciencia, aunque eso me duela enormemente.
Usted ya estuvo preso cuatro años en el pasado. ¿Cómo fue ese período?
Fue un período muy difícil que me cuesta mucho tener que recordar, porque fue algo muy doloroso y en una época muy dura. En esos tiempos no existía la posibilidad, como ahora, de que las noticias se propagaran con la rapidez con la que ocurre hoy.
Pero fue un período de crecimiento, donde yo me encontré y me encontré también con Dios. A partir de ese momento me propuse salir de prisión siendo más culto y un mejor hombre. Gané mucho como ser humano y aprendí a vivir el dolor con el que se vive en la cárcel, aprendí a comprender un poco más la naturaleza humana y eso me fortaleció. Fue una experiencia muy dolorosa, pero también fue una experiencia de crecimiento.
¿No ha pensado en tratar de escapar Cuba para evitar su detención?
Me gustaría decir que desde el año 1994 yo estoy pidiendo refugio político en la embajada de EE.UU. en La Habana. Desgraciadamente no he tenido la suerte de calificar para ese programa, y en esas circunstancias seguí defendiendo a todos los opositores pacíficos y a los defensores de los derechos humanos en Cuba. Hasta hoy no he recibido nunca una respuesta de esa embajada.
Pero en este momento, a mis 61 años, no tengo ningún interés de salir de mi país. Ya no me parece adecuado, y seguiré luchando por mis ideales en Cuba cueste lo que cueste.
¿Cuáles son las consecuencias de ser un periodista de oposición en Cuba?
Tener miedo por mi vida. A medida que uno va sufriendo la represión, se va preparando sicológicamente para lo que viene. Uno se acostumbra a los procedimientos, pero claro, puede que un día se salten estos procedimiento y venga algo más brutal. He sentido miedo y siento miedo ahora. Mi esposa me dice que estoy paranoico, pero tengo que estarlo, porque estoy viviendo bajo una presión extraordinaria y bajo ataques sicológicos constantes. Me llaman por teléfono a altas horas de la noche, me amenazan, me detienen en la casa sin hacer nada, y eso me ha hecho ser una persona más temerosa, por lo que pueda ocurrir más adelante. Aquí, cualquier cosa puede pasar.
¿Cómo definiría la situación de la prensa en su país?
Me parece que el Gobierno cubano está muy temeroso por lo que está ocurriendo con la prensa independiente. Nos hemos extendido mucho, se han ido integrando jóvenes profesionales y eso está preocupando a las autoridades. Los periodistas se están casando de trabajar en medios oficiales cubanos donde todas las noticias son orientadas por el orden ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. El periodismo independiente está saliendo de las reglas del juego que pone el gobierno y por eso arremeten contra nosotros.
¿Qué mensaje le daría a otros periodistas que se encuentran en una posición similar?
Les diría a mis colegas que estén atentos a todo lo que ocurre con cada uno de nosotros, sobre todo a los jóvenes, donde están nuestras esperanzas para este país. Tienen que estar preparados, porque no es nada fácil hacer periodismo independiente en Cuba.