Secretaría de Educación Pública (SEP) señala que existen 21 menores de edad que tienen la función de “director de escuela”, 261 como “directores con grupo”, 1.118 son “maestros con grupo” y 473 tienen la categoría de “docente de apoyo a la labor educativa”.
Ciudad de México. Excelsior. Tienen la edad de los adolescentes que cursan la preparatoria o que acaban de iniciar la licenciatura, pero ya son directores de una escuela.
De acuerdo con el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica, elaborado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en México hay 282 maestros menores de 20 años que están al frente de un plantel.
La encuesta auspiciada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) señala que en el país existe 1.195.731 personas con función docente, de las cuales 1.777 son adolescentes. De éstos, 21 tienen la función de “director de escuela”, 261 son “directores con grupo”, mil 118 son “maestros con grupo” y 473 tienen la categoría de “docente de apoyo a la labor educativa”.
Estándares recomendados por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) refieren que entre las habilidades que debe tener un director de escuela están un “dominio en las prácticas de enseñanza, evaluación y organización escolar”, así como “capacidad para coordinar y orientar el trabajo pedagógico de todos los maestros” del plantel para mejorar el proceso de aprendizaje.
También refiere que se requieren conocimientos del “marco normativo que sustenta la organización y funcionamiento de los centros escolares”, y las bases legales y filosóficas que orientan la educación en México. De igual forma, se aconsejan aptitudes para gestionar recursos financieros para solventar las carencias del plantel e incorporar recursos tecnológicos.
Expertos consultados por Excélsior afirman que un joven de entre 16 y 19 años no tienen la madurez ni la experiencia para asumir las riendas de una escuela.
Sorprendido por el dato del Inegi y con la duda de que pudiera ser cierto, Angel Díaz Barriga, especialista del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la UNAM, consideró que el dato de 282 directores-adolescentes por sí solo es alarmante y habría que preguntar a las autoridades educativas por qué hay directivos con esa edad.
Pero al mismo tiempo, agregó, es un dato que muestra que “el sistema educativo fue tierra de nadie por muchos años y habla de irregularidades, donde los responsables son la autoridad educativa, por omisión”.
Dijo también que el dato revela anomalías, aunque por décadas se ha sabido que esas plazas las domina el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y el gremio es el que ha determinado quiénes ocupan las plazas de director y por ello no es raro que haya irregularidades.