Banxico señaló a los senadores que el cambio en la ley del trabajo propiciará la productividad en el país, a través de un mercado laboral más flexible.
El Banco de México (Banxico) planteó al Senado aprobar la reforma laboral que le envió la Cámara de Diputados para permitir cambios que impulsen el bienestar de la población.
Como parte de su Informe sobre Política Monetaria del primer semestre del año, el Banxico señaló a los senadores que el cambio en la ley del trabajo propiciará la productividad en el país, a través de un mercado laboral más flexible.
“Además del mayor bienestar de la población y el crecimiento económico estas reformas favorecerían el mantenimiento de un ambiente de inflación baja y estable, ya que la mayor competencia de mercado conduciría a menores precios.
“Los aumentos en la productividad permitirían satisfacer tasas de crecimiento más altas de la demanda agregada, sin generar presiones sobre los precios”, expuso el banco central.
La jornada también estuvo marcada por el bloqueo de manifestantes en la sede del Senado.
Pese a que los inconformes encabezados por miembros de la CROC y del SME pretendían impedir la sesión, ésta se realizó para comenzar el proceso que modificará la reforma laboral.
Agustín Rodríguez, Francisco Hernández Juárez y Ricardo del Valle, dirigentes de la UNT, así como Martín Esparza, del SME, accedieron al Senado con la ayuda de legisladores perredistas para expresar su rechazo.
Banxico cabildea la reforma laboral. El Banco de México envió un documento en el que lo exhorta a aprobar el proyecto y así “propiciar un mercado laboral más flexible”.
Momentos antes de que el Senado de la República abriera la discusión formal de la minuta de la reforma laboral, el Banco de México (Banxico) les solicitó a los legisladores aprobar cambios que permitan un mercado laboral más flexible y la mejora productiva, pues además del mayor bienestar a la población, favorecerán el ambiente de inflación baja y estable.
El Banco de México entregó al Senado el Informe sobre Política Monetaria del primer semestre del año, en cuyas consideraciones finales le hace ver la importancia de trabajar por las reformas que propicien mayor productividad.
“Es importante mejorar el marco institucional a fin de brindar mayor seguridad y certidumbre jurídica a los agentes económicos, abatir los costos de transacción y estimular una mayor inversión productiva.
“Asimismo, es imprescindible propiciar un mercado laboral más flexible que movilice el factor trabajo a sus usos más productivos, facilite la adaptación de empresas y trabajadores a nuevos ciclos productivos y favorezca la creación de empleo”, precisa parte del documento.
Turnado a la Comisión de Hacienda, que preside José Francisco Yunes, el documento del Banco de México forma parte de la información cotidiana que el Senado de la República recibe para conocer el estado de las finanzas del país, y en esta ocasión le incluye un recuento de los vaivenes económicos y financieros internacionales y sus repercusiones en el país.
“A lo largo del primer semestre de 2012 la inflación general anual promedio se mantuvo dentro del intervalo de variabilidad de más o menos un punto porcentual que determinó el Banco de México alrededor de la meta de tres por ciento. Sin embargo, el impacto de los precios de algunos bienes agropecuarios que se vieron afectados por condiciones climáticas adversas ocasionaron un incremento en el nivel y volatilidad del indicador.
“La inflación subyacente que es una medida que refleja un mayor grado la tendencia de mediano plazo de la inflación permaneció relativamente estable en niveles considerablemente menores a los de la inflación en general a lo largo del periodo de análisis”, precisa el documento.
Recuerda que los fundamentos macroeconómicos de la economía mexicana fueron determinantes para mantener un ritmo de crecimiento sostenido, pese al entorno internacional adverso, pero advierte que esto no es suficiente para alcanzar mejores niveles de desarrollo.
“Es necesario avanzar en el cambio estructural de la economía que flexibilice la asignación de recursos hacia sus usos más productivos, que incremente la competencia en los mercados y que asegure una estructura de incentivos conducente a aumentar la productividad,
“(…) Adicionalmente, es indispensable promover reformas que incrementen el capital humano y eleven la productividad de los trabajadores y la calidad del empleo.
“Además del mayor bienestar de la población y el crecimiento económico, estas reformas favorecerían el mantenimiento de un ambiente de inflación baja y estable, ya que la mayor competencia de mercado conduciría a menores precios y los aumentos en productividad permitirían satisfacer tasas de crecimiento más altas de la demanda agregada sin generar presiones sobre los precios”, plantea el Banco de México.
Xicoténcatl vuelve a ser sede legislativa. El pleno del Senado de la República aprobó ayer la propuesta de su Mesa Directiva, encabezada por el panista Ernesto Cordero, para ratificar que la antigua casona de Xicoténcatl, histórica sede del Senado, se mantenga como sede alterna del pleno, así como cualquier otro espacio del actual edificio de Insurgentes y Reforma.
La decisión tiene dos motivos. Por un lado, la entrega de la Medalla Belisario Domínguez, que se realizará en Xicoténcatl, con la presencia del Presidente de la República, como lo establece la propia reglamentación interna del Senado.
Y la segunda es prever el movimiento del pleno en caso de que las protestas de los opositores a la reforma laboral impida el ingreso de los legisladores para evitar que se apruebe el proyecto, como ocurrió ayer cuando miles de sindicalistas se plantaron afuera de la sede, aunque no lograron frustrar la sesión, dado que se desarrolló con normalidad.
Escuchar a todas las voces. También ayer el pleno del Senado turnó la minuta de la reforma laboral a la Comisión del Trabajo, la cual se instaló formalmente a las 17 horas y se declaró en sesión permanente, con el propósito de generar un calendario de reuniones con integrantes de los sindicatos, los grupos empresariales, el gobierno federal y especialistas, y la intención de no prolongar mucho estas reuniones, pues sólo tiene 30 días para discutirla y aprobarla, y si la modifican, devolverla a la Cámara de Diputados.
Alejandra Barrales, secretaria de la Comisión, explicó que es necesario mantener ese diálogo, para evitar que las organizaciones que no se sienten escuchadas, les impidan el trabajo.
Armando Neyra, senador del PRI e integrante de la dirigencia de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), consideró que ya se han escuchado mucho los argumentos de todos los interesados, así que la discusión no debe llevar mucho tiempo para que a la brevedad entre en vigor.
La sesión no fue igual sin Paty y Wendy. Todo parecía cotidiano. El tablero electrónico mostraba la asistencia de 74 legisladores y Ernesto Cordero hizo sonar la campana. El bloqueo organizado por los opositores a la reforma laboral no surtió el efecto de impedir la sesión del Senado de la República donde comenzó el proceso para modificar la Ley Federal del Trabajo.
De pronto, comenzaron a ingresar al pleno los meseros, con charola en mano, para atender las peticiones de bebidas de los senadores. Fue entonces cuando todos se dieron cuenta. El bloqueo sí tuvo un efecto sobre el pleno del Senado. Impidió que Paty, Wendy, Karina y Daniela, las edecanes, llegaran a trabajar. Sólo Christianne logró vencer el cerco.
Pero Christianne no tuvo mucho trabajo, porque ayer le tocó atender el ala izquierda del pleno del Senado, justo donde se sientan los legisladores del PRD, el PT y el Partido Verde, y sólo estaban cuatro del Verde, Manuel Bartlett, coordinador de los senadores del PT, y Alejandra Barrales, Sofío Socorro Ramírez y Benjamín Robles Montoya, integrante del PRD. El resto, 19 del PRD y cuatro del PT, llegaron muy tarde o de plano no entraron, porque tenían un acuerdo para no hacerlo.
Los perredistas atendían el tema, pero en otro lado. Luis Miguel Barbosa, coordinador de los senadores de ese partido, hasta un discurso lanzó frente a los miles de inconformes, la mayoría de la CROC y el SME, que gritaban contra la reforma laboral y hacían estallar cohetones en el cruce de Reforma e Insurgentes.
Y otro perredista, Mario Delgado, invitó a los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Agustín Rodríguez, Francisco Hernández Juárez y Ricardo del Valle, entre otros, a ingresar al Senado para dialogar con los legisladores.
Pero el fuero de Delgado no le funcionó en esta ocasión. El personal de Resguardo Parlamentario, que toda la mañana estuvo pendiente de que nadie se colara al edificio, literalmente le cerró la puerta con candado y le impidió el paso, al ver a sus acompañantes.
Ebullición. Mientras en la calle el ex diputado federal Gerardo Fernández Noroña y varios de sus seguidores se liaban a empujones, golpes y patadas con elementos de seguridad policial, los dirigentes sindicales lograron el ingreso al Senado y Barbosa contó con el apoyo de Ernesto Gándara, priista presidente de la Comisión del Trabajo del Senado, para entablar el diálogo requerido.
La expectativa creció. Por primera vez en mucho tiempo Martín Esparza, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), estaba a punto de colocarse frente a frente con Javier Lozano, hoy senador y secretario de la Comisión del Trabajo, luego de meses de disputas políticas por el cierre de Luz y Fuerza del Centro, que dejó sin materia de trabajo a los smeístas, cuando Lozano era secretario del Trabajo y Previsión Social.
Pero Javier Lozano no llegó a la reunión en la cual los sindicalistas plantearon algunas de las 33 razones por las cuales no se debe aprobar la reforma laboral propuesta por el presidente Felipe Calderón y que envió la Cámara de Diputados.
Las protestas en la calle se atenuaron. La gente de Fernández Noroña se retiró. No lograron frustrar el ingreso de los senadores con su “sentón colectivo”, porque la mayoría llegó muy temprano, incluso antes de las 08:00 horas, como ocurrió con los priistas, entre ellos su coordinador Emilio Gamboa, o Cristina Díaz, Blanca Alcalá, Ernesto Gándara y muchos más.
O los panistas como Jorge Luis Lavalle Maury, Roberto Gil o Juan Carlos Romero Hicks, quienes pasaron al recinto legislativo sin mayores problemas.
Horas después, la salida de los dirigentes sindicales atenuó las protestas y todos los sindicalistas se retiraron, con lo cual liberaron el exterior del Senado, que de esta forma anticipa la tormenta que le significa la discusión de la reforma laboral, la cual fue aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados.
Opacidad sindical topará con pared en Senado. Una alianza PRD-PAN vencería la oposición del PRI a la democracia y transparencia de los gremios.
El PRI y sus organizaciones sindicales se encaminan hacia una derrota en el pleno del Senado de la República frente a la suma de fuerzas del PAN y el PRD para lograr la rendición de cuentas y democratización interna de los sindicatos, pues el bloque izquierda-derecha tiene cuatro votos más que el Revolucionario Institucional y su aliado.
Con este contexto arrancó ayer el proceso de dictamen de la minuta de la reforma laboral en el Senado, que generó también la protesta de miles de sindicalistas para exigir que no se apruebe, y la instalación de la Comisión del Trabajo en sesión permanente, pues sólo tiene 30 días para tomar decisiones.
Aunque los legisladores de todos los partidos anticiparon que el Senado revisará toda la reforma, artículo por artículo, para escuchar a trabajadores, empresarios, gobierno y especialistas, es el punto sobre la transparencia y democratización de los sindicatos el que genera la unión de la izquierda y la derecha para poner en jaque a las organizaciones sindicales priistas.
Y es precisamente ese punto, que genera una mayoría automática en contra de la posición del PRI, el que provocará que la minuta de la reforma laboral regrese a la Cámara de Diputados, para que reconsidere introducir las disposiciones de control a los dirigentes gremiales.
Ayer los senadores Humberto Mayans e Itzel Sarahí Ríos de la Mora dejaron de pertenecer al grupo parlamentario del Verde para trabajar con sus compañeros de partido, los priistas, y este movimiento modificó los números de votos por grupos parlamentarios, aunque no genera ventajas numéricas para el Revolucionario Institucional.
Desde ayer, el PRI aumentó de 52 a 54 integrantes; el Partido Verde disminuyó de nueve a siete, lo cual suma un total de 61 senadores aliados en torno a la posición de proteger la autonomía sindical, a los cuales se suma el voto de Mónica Arriola, del Partido Nueva Alianza, e hija de la maestra Elba Esther Gordillo, para hacer un total de 62 votos por esa causa.
Pero sus opositores tienen mayoría. El PAN cuenta con 38 legisladores; el PRD con 22; el PT con cinco y con ellos vota Layda Sansores, de Nueva Alianza, lo que hace un total de 66 votos.
Así, son cuatro votos los que dan ventaja a los legisladores del PAN y el PRD, quienes ayer anticiparon que votarán juntos por abrir las finanzas de los sindicatos y permitir que los agremiados gocen de un sistema interno democrático.
El voto libre gana terreno. Las diferencias entre los diputados del PRD y del PAN en torno a la reforma laboral se diluyeron ante la expectativa de que sus pares en el Senado logren avanzar en el tema de la democracia sindical por una mayoría que —de sumar al PT y al Movimiento Ciudadano— conseguiría unos cuatro votos más que el bloque PRI-Verde-Panal.
Esas eran las cuentas alegres que se hacían ayer en los pasillos de San Lázaro, donde el viernes pasado perredistas y panistas protagonizaron un frente común para empujar la obligatoriedad del voto libre y secreto en los gremios.
Y aunque la bancada del PAN reclamó a la del PRD que la inasistencia de medio centenar de sus diputados en la madrugada del sábado inclinó la balanza en favor del bloque PRI-Verde-Panal, por una diferencia de 60 votos, ambos grupos parlamentarios compartían este martes la expectativa de reactivar el debate ahora en el Senado.
Así, tanto perredistas como panistas manifestaron su confianza de que la fallida alianza sostenida en San Lázaro tendrá mejor suerte en la Cámara revisora.
El vicecoordinador de la diputación perredista, Miguel Alonso Raya, consideró que en el Senado los panistas tienen la oportunidad de quitarse la sospecha de haber cedido en sus reclamos de democracia sindical, a cambio de medidas en beneficio del empresariado.
Comentó que de unirse las fracciones del frente legislativo de las izquierdas en el Senado con los panistas, el tema de la democracia sindical avanzaría con una pequeña diferencia que, sin embargo, sería suficiente para regresar el debate a San Lázaro.
En igual sentido, el coordinador de los diputados blanquiazules, Luis Alberto Villareal García, se congratuló del hecho de que los senadores de su partido buscarán que en la nueva ley laboral se garantice la democracia al interior de los sindicatos, así como el ejercicio de la transparencia y la rendición de cuentas.
“Nos parece un doble discurso por parte del PRI que por un lado, el presidente electo (Enrique) Peña Nieto envié una iniciativa de transparencia, que por otro lado envíe una iniciativa de combate a la corrupción y que su bancada, su partido en Cámara de Diputados le niegue la posibilidad a los trabajadores de tener transparencia, democracia y rendición de cuentas (...) Parece ser que los que no son sus amigos o los amigos de su partido son los trabajadores porque no van a poder elegir de manera democrática a sus autoridades,”, cuestionó el jefe de los diputados del PAN.