Esto, después de más de tres años de un distanciamiento diplomático que llevó a las relaciones bilaterales a su nivel histórico más bajo.
La Paz. Bolivia y Estados Unidos firmaron este viernes su primer acuerdo de cooperación antidrogas después de más de tres años de un distanciamiento diplomático que llevó a las relaciones bilaterales a su nivel histórico más bajo.
El acuerdo, que apunta al establecimiento de un nuevo mecanismo de control de cultivos ilegales de coca, materia prima de la cocaína, se complementa con otro suscrito simultáneamente entre La Paz y Brasilia, poco más de dos meses después de que Bolivia y Estados Unidos acordaran normalizar sus relaciones.
Estados Unidos proveerá equipos y entrenamiento para el análisis de imágenes y otros datos que serán obtenidos por Brasil, mientras que Bolivia aportará el trabajo de campo.
"Este proyecto trilateral tiene la prioridad de fortalecer la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico bajo el principio de la responsabilidad compartida", dijo un comunicado conjunto divulgado vía internet tras el acto de firma realizado a puertas cerradas en la cancillería boliviana.
El documento no dio detalles de la duración ni el costo del proyecto, en el que también participará Naciones Unidas. Tampoco mencionó el posible uso de aviones no tripulados para el control del narcotráfico, algo que se había mencionado insistentemente desde el anuncio de que se iban a firmar los acuerdos, hace unos seis meses.
Bolivia tenía a fines del 2010 unas 30.000 hectáreas de cultivos de coca. El año pasado eliminó unas 10.000 de esas hectáreas, según el gobierno.
Pero la reducción efectiva del total de cocales, si la hubo, todavía no se conoce porque no está determinada la cantidad de nuevos cultivos de coca surgidos el año pasado en el país, considerado el tercer productor mundial de cocaína después de Colombia y Perú.
La cooperación contra el narcotráfico entre Bolivia y Estados Unidos ha estado reducida al mínimo desde que Morales expulsara en el segundo semestre del 2008 al embajador y a la agencia antidrogas DEA, acusándolos de injerencia política. Washington respondió expulsando al embajador boliviano.
El acuerdo de normalización firmado en noviembre prevé un nuevo intercambio de embajadores.