El contratista encarcelado en Cuba, Alan Gross, tendría "un problema médico potencialmente mortal que no se ha evaluado adecuadamente con normas médicas modernas", dijo el radiólogo con sede en Estados Unidos, Alan Cohen.
La Habana. Alan Gross, el contratista estadounidense encarcelado en Cuba por delitos contra el Estado, podría estar sufriendo de un cáncer sin tratar, de acuerdo con una revisión independiente de su historial médico, dijo el martes su abogado estadounidense.
"Gross tiene un problema médico potencialmente mortal que no se ha evaluado adecuadamente con normas médicas modernas", dijo el radiólogo con sede en Estados Unidos Alan Cohen en un comunicado publicado por el abogado de Gross, Jared Genser.
Genser dijo que Cohen había examinado tomografías computadas y ecografías realizadas por los médicos cubanos de una masa no identificada detrás del hombro derecho de Gross, que la esposa de Gross, Judy, citó después de una reciente visita a su marido.
Los médicos cubanos diagnosticaron la masa como un "hematoma" y le dijeron a Gross en mayo que desaparecería al cabo de unos meses, de acuerdo con Genser.
Debido a que Gross ha perdido 105 libras (47 kilos) desde que fue detenido en diciembre del 2009, Cohen llegó a la conclusión de que la masa en el hombro derecho de su cliente requiere con urgencia de una evaluación médica adecuada, incluyendo una resonancia magnética "y posiblemente una biopsia, preferiblemente en una instalación en los Estados Unidos, inmediatamente".
Una "masa de tejido blando en un adulto que ha perdido mucho peso debe asumirse que representa un tumor maligno a menos que se demuestre que sea benigno", dijo Cohen.
Antecedentes con el gobierno. El gobierno cubano no hizo comentarios inmediatos sobre la declaración de Cohen, pero ha dicho previamente que Gross tiene un estado de salud "normal".
Gross, encarcelado en Cuba desde el 3 de diciembre del 2009, cumple una condena de 15 años por proveer ilegalmente equipos de internet y crear redes de conexión inalámbrica a grupos judíos cubanos bajo un programa estadounidense que promueve el cambio político en la isla y que La Habana considera subversivo.
Su arresto estancó un breve período de descongelamiento en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que han sido en su mayor parte tensas desde la revolución de 1959 que llevó a Fidel Castro al poder.
El último reporte médico fue aprovechado por Genser y Gross, Judy, que han estado exigiendo que Cuba permita que un experto médico independiente examine a Gross.
"Los médicos del gobierno cubano o son culpables de negligencia profesional grave o de forma intencionada están ocultando la que podría ser una enfermedad mortal", sostuvo Genser.
"Presidente Castro, le ruego que no deje morir a mi marido durante su gobierno. Su país dice tener un maravilloso sistema de salud - pero ¿porqué los médicos le diagnosticaron mal y no ordenaron las pruebas adecuadas para determinar lo que está pasando realmente", dijo Judy Gross.
"Por favor, permita que Alan sea diagnosticado por un médico de su elección antes de que sea demasiado tarde", agregó.
Cuba se enorgullece de su sistema médico, que proporciona atención gratuita a todos, pero sufre de escasez de equipos y medicinas que el gobierno dice es culpa del embargo comercial de larga data de Estados Unidos contra la isla.
Gross ha pedido a Cuba que le permita volver a casa por dos semanas para visitar a su madre y su hija, quienes sufren de cáncer. Él ha prometido regresar y cumplir su sentencia, pero La Habana no ha respondido.
Cuba ha dicho que propuso negociaciones con Estados Unidos sobre la resolución del caso de Gross pero no ha recibido respuesta. Se ha insinuado la posibilidad de un canje de Gross por cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos, un acuerdo que Washington ha rechazado.