Paulina García obtuvo la distinción por su rol en "Gloria", una película en la que interpreta la fuerza de vivir y el positivismo de una mujer sin complejos.
La Berlinale se volcó en su 63 edición en la mujer y dio el Oso de Oro al filme rumano "Pozitia Copilului" ("Child's Pose"), de Calin Peter Netzer, mientras que la chilena Paulina García triunfó con la Plata a la mejor actriz por "Gloria", de Sebastián Lelio.
Ambas películas están apuntalas en los papeles de sus respectivas actrices, la rumana Luminitja Gheorghiu, como una manipuladora madre cuyo hijo mata en un accidente a un niño, mientras que la chilena García representa la fuerza de vivir y el positivismo de una mujer sin complejos.
"Gracias a Sebastián, por este increíble papel y por haber creído en mi", dijo la actriz chilena, al recibir su estatua de plata, al frente de una película que estaba entre las claras favoritas, tanto de la crítica como del público.
El jurado, presidido por el cineasta chino Wong Kar Wai, cumplió con ambos grandes premios las expectativas del director de la Berlinale, Dieter Kosslick, quien había anunciado que esta 63 edición del festival estaría consagrado a las mujeres poderosas.
Otro gran triunfador de la noche fue el bosnio Danis Tanovic, cuyo filme "Epizoda u zivotuberaca zeljeza" ("An Episode in the Life of an Iron Picker"), ganó dos Osos de Plata, el correspondiente al Premio Especial del Jurado, y el de mejor actor, para Nazif Mujic.
El filme de Tanovic está interpretado por los personajes reales de la historia que narra, centrada en una mujer embarazada a la que ningún hospital quiere atender, por falta de seguro médico, pese a que lleva un feto muerto en su interior, para desesperación de su esposo, el Mujic de la vida real.
La plata al mejor director fue para el estadounidense David Gordon Green, por "Prince Avalanche", mientras que la película canadiense "Vic+Flo ont vu un ours", de Denis Côté, obtuvo una mención especial del jurado.
El iraní Jafar Panahí obtuvo la Plata al mejor guión por "Pardé", el filme rodado pese a la prohibición de hacer películas impuesta por el régimen de Teherán, lo que dio al galardón el toque de gesto solidario desde la Berlinale.
El kazajo "Uroki Garmonii", ("Harmony Lessons"), de Emir Baigazin, un debutante que estaba entre los favoritos y cuyo filme era además el estreno de Kazajistán a competición en el festival, obtuvo asimismo el premio a la mejor contribución artística.
Un total de 19 filmes compitieron en la sección oficial de la Berlinale.