También hallaron cimientos de casas aztecas, así como cientos de vasijas, pequeñas figurillas, jarras y platos en el trayecto de 25 kilómetros de la línea 12 del Metro, que será la más extensa de la capital y correrá en la zona sur.
México DF. Arqueólogos hallaron los restos de unos 50 niños aztecas, algunos dentro de vasijas, y otros vestigios prehispánicos casi dos años después de iniciar las obras de una línea del metro en la populosa Ciudad de México, la primera en más de una década.
También hallaron cimientos de casas aztecas, así como cientos de vasijas, pequeñas figurillas, jarras y platos en el trayecto de 25 kilómetros de la línea 12 del Metro, que será la más extensa de la capital y correrá en la zona sur.
La línea pasa sobre pueblos ricos en vestigios como Culhuacán, Santa María Tomatlán o Mexicaltzingo, que estuvieron habitados por los aztecas hace unos siete siglos.
"Estos hallazgos nos están indicando que la zona fue ocupada desde tiempos muy tempranos", dijo a Reuters la arqueóloga María de Jesús Sánchez, coordinadora del salvamento arqueológico en las obras de la línea, que iniciaron en septiembre del 2008.
Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijeron que los vestigios datan en su mayoría de los años 1.100 a 1.500 d.C, antes de la Conquista española.
"En total son como 60 entierros, 10 adultos y niños son como 50 de diferentes edades, de dos o tres años (...) Unos estaban dentro de ollas", dijo Sánchez.
"Se encontraron a varios metros de distancia entre uno y otro, no estaban todos juntos. Los aztecas a veces los enterraban a sus muertos bajo los pisos de sus casas", agregó.
La investigadora explicó que los niños eran enterrados en vasijas para darles calor asemejando el vientre de sus madres, una costumbre entre los aztecas.
Entre los objetos más grandes encontrados hasta ahora está una figura femenina tallada en piedra, de unos 50 centímetros de altura, que se halló bajo el entierro de dos niños cerca de donde estará ubicada la estación Mexicaltzingo.
En Culhuacán se hallaron piezas, sobre todo fragmentos de pequeñas caras y vasijas que podrían datar del periodo Preclásico, que va del año 2,000 a.C al 100 d.C., dijo Sánchez, mientras otros investigadores analizaban piezas y huesos dentro de un laboratorio montado en la ruta de la línea del metro.
Vestigios versus desarrollo. Los pueblos por donde se está construyendo la nueva línea, que al iniciar operaciones en abril del 2012 se incrementarán a casi cinco millones los viajes diarios en el metro capitalino, se hallaban hace siglos sobre islotes o a orillas de un lago.
Las osamentas que se han encontrado fueron enviadas a los antropólogos físicos para su análisis, mientras que las piezas están siendo revisadas y seleccionadas por los arqueólogos.
En México, que tiene registrados 40.000 sitios arqueológicos, el INAH puede frenar o modificar si es necesario la construcción de una obra en caso de que se encuentren allí vestigios de importancia.
Pero con frecuencia los arqueólogos recuperan objetos prehispánicos, toman datos y fotos antes de cerrar las excavaciones para que continúen las obras.
Un ejemplo claro de la forma en que deben convivir a menudo los vestigios con el desarrollo urbano, son los cimientos de algunas casas aztecas halladas durante las obras que fueron analizadas por los arqueólogos pero que fueron destruidos para dar paso a la línea del metro.
En cambio, fue respetada una pirámide hallada en la década de 1980 en el atrio de una iglesia cercana a la ruta de la línea del metro, que fue desviada ligeramente para evitar la destrucción de otras construcciones prehispánicas que probablemente se encuentran en el lugar.
"En función de que se conocía la profundidad estimada de los vestigios de esa pirámide, nos fuimos más abajo, pasamos por abajo", dijo a Reuters Enrique Horcasitas, director del proyecto de la nueva línea del metro.