El maya, en el sureste, el tarahumara, en el norte, y el wixárika, en el occidente del país, son algunas de las lenguas nativas que serán compiladas.
Un grupo de expertos recorrerá el territorio mexicano durante más de tres años con el objetivo de crear una fonoteca que reunirá la lengua, la música y las costumbres de las comunidades indígenas de México.
El maya, en el sureste, el tarahumara, en el norte, y el wixárika, en el occidente del país, son algunas de las lenguas nativas que serán compiladas en "La ruta del venado", un proyecto "sin precedentes", dice a Efe uno de sus coordinadores.
"Es una iniciativa civil y creemos que es la primera en su tipo. Hay dependencias que han difundido estas lenguas, pero no hay una fonoteca a donde acudir para conocerlas", explica Ricardo Ibarra, coordinador del medio de comunicación Radio Indígena.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, hasta 2010 México tenía 62 pueblos indígenas con cultura y lengua propia, aunque algunas de ellas se encuentran en extinción.
Unos 15 millones de mexicanos pertenecen a alguna de estas etnias, distribuidos en 64.172 localidades, según datos de ese organismo público.
El rescate de las lenguas en riesgo de extinción será parte importante de este esfuerzo, pues hay localidades nahuas en el occidente del país en las que no existe ningún hablante, comenta Ibarra, quien confía en "encontrar a algún abuelito o abuelita que todavía lo hable".
Por la pobreza que reina en estas poblaciones, "las personas tienen que emigrar de sus lugares de origen y eso crea diferencia entre generaciones, incluso a los jóvenes les da vergüenza hablar sus propias lenguas", dice.
"Queremos escuchar sus propias voces y saber quiénes mantienen vivas las tradiciones", afirma el experto indigenista, quien desde hace más de un década realiza investigaciones y trabajo de campo en diversas zonas de México.
"Muchas lenguas están casi predestinadas a morir y mientras no haya una intención de las comunidades por rescatarlas, se ve difícil. Lo que podemos hacer nosotros es tomar un poco de esto y mostrarlo al mundo y quizás sea un detonante dentro o fuera de las comunidades", sostiene Benjamín Vidal, quien también forma parte del proyecto.
"La ruta del venado" será financiada con las aportaciones de donantes voluntarios de México y Estados Unidos, aunque sus impulsores esperan apoyos adicionales de tipo gubernamental o de organizaciones civiles.
En un principio estaba previsto que el viaje iniciara en Tijuana, en la frontera con EE. UU., y terminara en el sur, pero la crisis desatada por la desaparición de 43 jóvenes el 26 de septiembre pasado en Iguala los llevó a modificar el itinerario y hacerlo por etapas.
En los meses recientes han realizado algunos registros en los estados de Nayarit, Jalisco y Sonora, pero el trabajo más intenso iniciará en marzo próximo, cuando recorrerán localidades wixárikas y coras del oeste del país.
Después viajarán a los estados del norte, como Sonora, Baja California y Sinaloa, para obtener el registro de etnias como los cucapá, los seris, mayos, yaquis y los paipai, que tienen solo entre 10 y 15 hablantes.
En los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, en el sureste de México, recogerán las diversas variantes de la lengua maya.
Los estados sureños de Guerrero, Oaxaca y Chiapas por ahora han sido descartados de la ruta por ser lugares con fuerte presencia del narcotráfico.
Además de los registros sonoros que tendrán con traducción al español y al inglés, el paso por las poblaciones indígenas será captado con foto y vídeo; todo ello estará disponible en la página web del proyecto y será difundido, además, en las redes sociales.
De forma paralela, los especialistas pretenden asesorar a las poblaciones interesadas en crear una radio comunitaria como "una forma de cohesión", además de brindarles apoyo técnico y humano para lograrlo.