Los niños que reciben entrenamiento musical son mejores para detectar los cambios de tono en el habla y tienen un vocabulario más amplio y una mejor capacidad de lectura que los estudiantes que no aprenden música.
Nueva York. Aprender a tocar un instrumento puede cambiar su cerebro, de acuerdo a una revisión de la literatura en Estados Unidos, que demostró que las clases de música pueden ayudar a mejorar el habla y la capacidad de hablar un idioma extranjero.
Pese a que en el pasado se sugirió que escuchar a Mozart u otros músicos clásicos podía aumentar la inteligencia, existen pocas evidencias que demuestren que la música refuerza el poder cerebral.
Pero una revisión de datos de la Northwestern University combinó investigaciones que asocian el entrenamiento musical con el aprendizaje, incluyendo habilidades como el lenguaje, el habla, la memoria, la atención y hasta la emoción vocal.
La investigadora Nina Kraus dijo que los datos sugerían que las conexiones neurales creadas durante las clases de música también preparaban al cerebro para otros aspectos de la comunicación humana.
"El efecto del entrenamiento musical sugiere que, de forma similar al ejercicio y su impacto en el bienestar del cuerpo, la música es un recurso que tonifica el cerebro para la aptitud física y por lo tanto requiere que la sociedad reexamine el rol de la música en el desarrollo individual", dijeron los investigadores en su estudio.
Kraus señaló que aprender sonidos musicales podría fortalecer la habilidad del cerebro de adaptarse y cambiar, además de permitir al sistema nervioso proveer un andamiaje de patrones que son importantes para el aprendizaje.
El estudio, publicado en Nature Reviews Neuroscience, halló que aprender a tocar un instrumento acondiciona al cerebro para elegir qué es relevante en un complejo proceso que puede involucrar la lectura, el recordar una partitura, calcular tiempos y coordinar con otros músicos.
"La selectividad cerebral de un músico realza los elementos portadores de información del sonido", dijo Kraus en un comunicado.
"En una hermosa interrelación entre los procesos sensoriales y cognitivos, el sistema nervioso hace asociaciones entre sonidos complejos y lo que significan", explicó.
El estudio revisó la literatura que mostraba, por ejemplo, que los músicos son más exitosos que los no músicos a la hora de incorporar patrones del sonido para aprender un nuevo idioma.
Los niños que reciben entrenamiento musical son mejores para detectar los cambios de tono en el habla y tienen un vocabulario más amplio y una mejor capacidad de lectura que los niños que no aprenden música.
Los investigadores concluyeron que hay que invertir seriamente en recursos para incorporar clases de música en las escuelas, junto a rigurosos exámenes de sus efectos en la audición, el aprendizaje, la memoria, la atención, la lectura y la escritura.