La entrega número 36 de la serie de comic se llama “El papiro del César”, una nueva aventura de los irreductibles galos que se mantuvo secreta hasta hoy, aunque participe un informante mundialmente conocido.
El secreto en torno a la nueva entrega de Asterix sería comparable al que envuelve al nuevo modelo de iPhone o al número de celular de la canciller alemana. Pero esta vez, algo se había filtrado. El escenario es la Galia, concretamente una remota aldea que los romanos nunca pudieron ocupar. Exactamente el pueblo de Asterix, Obelix e Idefix. Allí donde un druida conoce la fórmula de la poción mágica que hace irreductibles a sus habitantes, donde el pescadero y el herrero se pelean a diario y donde el bardo consigue asustar a los enemigos con su horrible canto. Esta vez la trama trata de espionaje, secretos y traiciones. Y curiosamente, una de las figuras se asemeja a Julian Assange.
En los comics de Asterix, la trama tiene relación a menudo con temas del presente y se caricaturizan personajes de la sociedad. Para sus creadores, Rene Goscinny (†1977) y Albert Uderzo, siempre fue importante hacer humor para niños y adultos, algo que consiguieron con una mezcla sana de bullicio y sátira.
A partir del número 35, Jean Yves Ferri y Didier Conrad fueron los encargados de continuar esta saga supervisados por los ojos del ya jubilado Uderzo. Con su esperado debut en “Asterix y los Pictos”, cosecharon un enorme éxito con más de 5 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo
Un país por conquistar. ¿En todo el mundo? ¡No! Todavía existe un país poblado por irreductibles estadounidenses que se resiste a tan divertidos personajes, y Asterix y Obelix todavía no han conseguido conquistar aquellas tierras. El dibujante Didier Conrad, que vive desde hace más de 20 años en EE.UU., cree que cuando a uno le gusta Asterix tiende a ponerse del lado de los oprimidos. “Y eso no cuadra con el estadounidense”, aclaraba en una entrevista en el diario Die Welt. Instintivamente, el lector estadounidense se pondría de lado del imperio romano y no le gustaría que se destrocen continuamente sus iconos, concluye Conrad.
Aun así, “Asterix es un fenómeno global”, aclara a DW el traductor alemán Klaus Jöcken. ¿Por qué fascinan esas historias sobre galos en todos los círculos culturales? Realmente, sobre los galos se sabe muy poco. “Pero en la comunidad de la aldea gala creada por Goscinny y Uderzo, cualquiera puede encontrar su lugar,” aclara Jöken.
Tortas para todos. En los comics de Asterix hay alusiones para todos los países: los belgas con sus patatas fritas, ingleses que beben agua caliente, españoles toreros, suizos con fondue de queso… Sin embargo, en la iconografía gala los alemanes no salen bien parados, caracterizados como godos alelados que marchan al paso de la oca. Aun asi sus historias cuentan con un gran club de fans en Alemania. Para Marco Mütz, administrador del club de fans “Comedix”, “Asterix viene de la cultura europea y de los pueblos que siempre están en conflicto, con estereotipos que se exprimen al máximo”.
En la vecina Francia, Asterix es todo un héroe nacional, rodeado de un marketing muy profesional. En las películas sobre los personajes intervinieron actores de renombre como Gerard Depardieu, Roberto Benigni, Catherine Denueve o Alain Delon, y tanto la editorial como los autores recaudan grandes sumas con el merchandising. El pequeño galo incluso tiene un parque temático dedicado en las cercanías de París. Un éxito con perspectivas de futuro después de que los nuevos autores demostraron que son capaces de continuar esta saga que, a partir de hoy continúa con la salida a la venta de su nueva entrega en todo el mundo. Por cierto, también en Estados Unidos.