La FIFA decretó que Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza, Recife, Río de Janeiro y Salvador acogerían partidos en el torneo de ocho equipos, aunque algunos de los estadios no estarán listos hasta cuatro meses antes de que empiece la competencia.
Sao Paulo. Brasil afronta una carrera contra el tiempo para completar las obras de los estadios después de que la FIFA le diera luz verde a seis ciudades para acoger partidos de la Copa Confederaciones de fútbol el año que viene.
La FIFA decretó que Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza, Recife, Río de Janeiro y Salvador acogerían partidos en el torneo de ocho equipos, aunque algunos de los estadios no estarán listos hasta cuatro meses antes de que empiece la competencia.
La FIFA había exigido que los estadios estuvieran completados seis meses antes del comienzo de la Copa, pero ha relajado los requisitos para dar ocho semanas adicionales al país anfitrión para que tenga listos los estadios.
Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, dijo la semana pasada que los estadios deberían estar finalizados dentro del plazo para que los anfitriones pudieran organizar al menos dos partidos de prueba.
El torneo, que reúne a los campeones de cada uno de los torneos de las seis confederaciones de la FIFA, al campeón del Mundial y al organizador, será observado de cerca como una gran prueba de cara al Mundial que se celebrará de Brasil 2014.
La FIFA y Brasil han chocado por la preparación del Mundial, que será acogido por 12 ciudades brasileñas, por los retrasos en las construcciones, la incertidumbre institucional y las disputas sobre la prohibición del consumo de alcohol en los estadios.
Otros temas en disputa fueron los descuentos en las entradas para estudiantes y ancianos, exigidos por la legislación brasileña sobre acontecimientos deportivos.
Muchos en Brasil están también preocupados de que los problemas logísticos puedan complicar el Mundial, que se espera que atraiga a al menos a 600.000 visitantes extranjeros. A pesar de las promesas del gobierno de modernizar las carreteras y aeropuertos del país, envejecidos y sobrecargados, los viajes rutinarios en Brasil sigue estando complicados por los retrasos.
No se espera que los estadios de Río de Janeiro, Brasilia, Recife y Salvador estén listos hasta cuatro meses antes de que comience la Copa Confederaciones el 15 de junio.
La FIFA dijo el jueves que mantenía sus preocupaciones, pero había decidido seguir adelante tras las promesas realizadas por las autoridades brasileñas.
A la FIFA le convencieron "las palabras y garantías que dieron los representantes de las seis ciudades", dijo José Mara Marín, el director del comité organizador local, en una rueda de prensa en Sao Paulo.
Marín dijo que la FIFA seguiría de cerca las construcciones, con cámaras que filmaran el trabajo en tiempo real y directivos visitando todos los estadios semanalmente.
El calendario más relajado ha supuesto un alivio especialmente para la ciudad nororiental de Recife, a la que la FIFA ha amenazado con retirar su estadio. El estadio local Arena Pernambuco ha sufrido retrasos y aumentos de coste y no estaba previsto inicialmente que se terminara hasta diciembre de 2013.
No obstante, las autoridades brasileñas decidieron acelerar la construcción del estadio con capacidad para 46.000 espectadores para asegurar que la ciudad participe del torneo.
El estadio se encuentra terminado en un 71%, dijo la constructora Odebrecht esta semana, sin determinar en qué grado aumentaría el presupuesto inicial de entre 500 y 532 millones de reales (entre US$246 y US$262 millones) al acelerar la construcción.
Italia, Japón, México, Tahití y Uruguay están clasificados para la Copa Confederaciones a los que se unirán el país organizador, Brasil, y el campeón del mundo, España, además del próximo campeón de la Copa Africana de Naciones.