Muchos esperaban la suspensión de la elección de este viernes para escoger al titular del organismo rector del fútbol mundial. Pero en cuestión de horas, la entidad dijo que la redada fue resultado de una medida tomada por la propia FIFA.

Zúrich. Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, es un maestro en el arte de escapar de situaciones complicadas, y la reacción inicial de su federación a los extraordinarios eventos del miércoles en Zúrich sugiere que el dirigente tiene toda la intención de hacer otro gran escape.

El organismo rector del fútbol quedó sumido en la confusión cuando varios de sus principales dirigentes, incluido el vicepresidente Jeffrey Webb, fueron arrestados en una redada en un hotel de lujo a orillas de un lago que por años ha mimado a funcionarios de la FIFA.

Los dirigentes fueron detenidos para ser extraditados a Estados Unidos, donde enfrentan cargos por corrupción.

Las autoridades suizas además abrieron procesos criminales contra varias personas bajo sospechas de malos manejos y de lavado de dinero vinculado a la elección de la sede de los Mundiales 2018 y 2022 a favor de Rusia y Qatar.

Blatter, que preside la FIFA desde 1998, no está entre ellos.

Los detractores de la FIFA habían esperado este día por mucho tiempo, después de años de acusaciones de corrupción que, según los que critican a la organización, no se habían manejado de manera adecuada.

La reacción inicial fue que con semejante caos, con toda seguridad el Congreso anual de la FIFA no podría llevarse a cabo como estaba planeado. Y menos aún la elección para presidente del organismo, en la que Blatter es el favorito y el príncipe jordano Ali bin Ali Hussein, el retador.

Pero en cuestión de horas, el jefe de prensa de la FIFA, Walter de Gregorio, estaba dando vuelta la situación.

Ante los periodistas, dijo que la redada fue resultado de una medida tomada por la propia FIFA. Y que lejos de ser una desgracia, era una parte esencial -aunque poco digna- de un proceso de limpieza que Blatter inició en 2011, a comienzos de su cuarto mandato.

Y aunque Blatter no estaba con el mejor de los ánimos, el dirigente de 79 años estaba preparado para la elección del viernes en busca de su quinto período al frente de la FIFA, sostuvo el portavoz.

De acuerdo con De Gregorio, la investigación suiza provenía de una queja que la misma FIFA presentó en noviembre ante la oficina del fiscal general suizo tras una pesquisa de su comité de ética sobre el proceso de concurso para la organización de los Mundiales de 2018 y 2022.

"Obviamente, puede que no sea el mejor momento, pero la FIFA aprecia este proceso y coopera completamente con la fiscalía general de Suiza y con la Oficina Federal de Justicia", dijo el funcionario.

"Claro que se va a realizar el congreso. Una cosa no tiene nada que ver con la otra".

Impresión cordial. Blatter se presenta como un personaje cordial, con ideas excéntricas acerca del fútbol, pero ya ha mostrado en el pasado que tiene un instinto despiadado de supervivencia y un extraordinario talento político.

En el 2001, la FIFA estaba prácticamente al borde de la ruina financiera tras el colapso de su socio comercial Islamismo y Blatter fue presionado para que revelase detalles de las finanzas del organismo.

Blatter se recuperó de ese obstáculo y hoy su federación tiene reservas que superan los US$1.000 millones.

Blatter enfrentó más problemas en 2002, cuando el entonces secretario general del organismo, Michel Zen-Ruffinen, acusó a Blatter de ganar la elección general de 1998 con sobornos y prácticas de corrupción.

Blatter amenazó con tomar acciones legales pero nunca cumplió la promesa y cuando venció al camerunés Issa Hayatou por 139 votos a 56 en la elección de ese año, Zen-Ruffinen se quedó pronto sin empleo.

Hace cuatro años, Blatter fue elegido sin oposición luego de que su único rival, Mohamed Bin Hamman, fuera investigado en un escándalo de compra de votos y forzado a retirarse de la competencia.

Blatter ha dominado el sistema electoral de la FIFA, donde cada una de las 209 asociaciones miembros tiene derecho a voto, lo que implica que el pequeño Samoa tiene los mismos derechos de voto que potencias futbolísticas como Brasil y Alemania.

La FIFA distribuye sus ingresos equitativamente entre sus 209 miembros, una política que ayudó a países como Cabo Verde a llegar a los cuartos de final de la Copa Africana de Naciones en el 2013 y a Costa Rica hasta los cuartos de final del Mundial del año pasado.

Sólo Europa, que cuenta con 53 votos, ha prometido votar contra Blatter y aunque algunas otras asociaciones podrían romper filas, eso no resultaría en más que una pequeña merma en la mayoría de Blatter.

Fuera de Europa, federaciones ven a Blatter como la fuerza que mantiene al juego realmente global frente al creciente poder financiero de unos cuantos clubes y ligas europeas de elite.

"Él entiende las culturas de las distintas partes del mundo que componen a la FIFA, así que no es coincidencia que la mayoría de los miembros vaya a votar por él", dijo Michel D'Hooge, de 68 años, presidente honorario de la liga belga y miembro del comité ejecutivo de la FIFA desde 1988, en una conversación con Reuters en agosto.

"Claro, se puede decir que se sienten bien porque reciben mucho dinero y subvenciones de la FIFA -ese es su comportamiento político (de Blatter)", agregó.

Se dijo que Blatter, que ha reiterado varias veces que él no elige a su comité ejecutivo, estaba trabajando el miércoles como de costumbre mientras se preparaba para la elección del viernes.

"Está concentrado en el congreso y, para todos los involucrados, el factor de stress es un poco más alto hoy que ayer, pero él está muy tranquilo de no estar implicado", afirmó De Gregorio. "Él aceptará lo que ocurra".

"No está bailando en su oficina, pero está muy tranquilo, está cooperando con todos. No está contento, pero sabe que son las consecuencias de lo que iniciamos. Nos sorprende que haya ocurrido hoy, pero no nos sorprende que haya pasado".