La mandataria explicó que los recursos invertidos en seguridad y defensa para el Mundial y los Juegos Olímpicos fueron destinados a la instalación de centros integrados de comando y control en todas las ciudades que serán sedes del evento.
Río de Janeiro. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó este martes que Brasil, tras invertir 1.900 millones de reales (unos US$792 millones) en seguridad y defensa, está listo para garantizar que el Mundial que organizará a partir del 12 de junio se desarrolle sin ninguna amenaza al orden público.
"Estaremos con los brazos abiertos para recibir de la mejor forma posible, con hospitalidad, comodidad y seguridad, a los visitantes, hinchas, atletas y profesionales que estarán en Brasil tanto en el Mundial como en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016", afirmó la mandataria en entrevista al diario "Meia Norte" de la ciudad de Teresina.
La mandataria explicó que los recursos invertidos en seguridad y defensa para el Mundial y los Juegos Olímpicos fueron destinados a la instalación de centros integrados de comando y control en todas las ciudades que serán sedes del evento.
Igualmente fueron invertidos, agregó, en "el fortalecimiento de la infraestructura en los puertos de entrada al país, la adquisición de sistemas y equipos para mejorar la seguridad en las carreteras, la adquisición de sistemas para centralizar las operaciones de seguridad y en soluciones de integración de radiocomunicaciones entre instituciones responsables por la seguridad".
La jefe de Estado aseguró que Brasil garantizará la seguridad tanto de los visitantes como de los brasileños, aunque no hizo mención a las manifestaciones contra el Mundial que diferentes organizaciones sociales prometen realizar durante el evento y que llegaron a generar tumultos durante la Copa Confederaciones.
El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, dijo la víspera en Brasilia que confía en que la policía brasileña podrá contener eventuales protestas durante el Mundial y aseguró que lo importante es "garantizar que la gente llegue a los estadios".
Según el dirigente, ante posibles manifestaciones, como las que hubo durante la Copa Confederaciones, la policía "tendrá que hacer su trabajo", pues "el público tiene derecho a ver los partidos".
Rousseff afirmó que, además de la policía, la seguridad también estará garantizada por las Fuerzas Armadas, que participarán en acciones de planificación y control del orden público en coordinación con el Ministerio de Justicia y los órganos de seguridad de estados y municipios.
"Para garantizar el suministro regular de servicios a la población y fiscalizar movimientos sospechosos en fronteras y en los espacios aéreo y marítimo, las Fuerzas Armadas montarán un esquema de actuación en once diferentes sectores estratégicos", dijo.
Entre esos sectores citó la defensa aeroespacial, el control del espacio aéreo, la defensa de estructuras estratégicas, la fiscalización de explosivos, la vigilancia en las fronteras, el combate al terrorismo y la defensa ante posibles amenazas cibernéticas, químicas, biológicas, radiológicas y nucleares.
La mandataria aclaró que las Fuerzas Armadas actuarán en las áreas en que tienen jurisdicción constitucional pero también, cuando sea necesario, en la seguridad pública en coordinación con las entidades civiles responsables.
"Brasil está preparando la Copa de las Copas y los mejores Juegos Olímpicos de la historia", agregó la mandataria.
Rousseff dijo igualmente que los grandes eventos deportivos le ofrecen a Brasil "una oportunidad histórica" para acelerar inversiones en infraestructuras y anticipar el programa de obras y proyectos necesarios para las ciudades del país.
Afirmó que algunas de esas inversiones estaban planificadas pero fueron anticipadas y que son "necesarias para permitir la mejoría de la movilidad urbana y de los servicios de transporte colectivo en el país".
La mandataria agregó que Brasil tiene planes de inversión en obras de movilidad urbana que llegan a 143.000 millones de reales (unos US$59.580 millones).