La población guatemalteca, principalmente la que vive en pobreza y extrema pobreza, continúa en una situación de inseguridad alimentaria, la cual tiende a empeorar, señala el informe Priorización de municipios para la focalización de las intervenciones en seguridad alimentaria y nutricional, elaborado por el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasan), y divulgado en Xelajú
Ciudad de Guatemala. Roberto Chávez, director de Gobernación y Extensión Rural del Ministerio de Agricultura, dijo: “Hace años el país gozaba de seguridad alimentaria, porque producía granos básicos para su consumo, pero a principios de la década de 1990 hubo cambios estructurales, como la reducción del Estado, que dejó a los pequeños agricultores sin asistencia técnica y generó inseguridad alimentaria en el país, la que lamentablemente está empeorando”.
Señaló que el informe presenta el Índice de Vulnerabilidad a la Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ivisan), que describe las categorías de vulnerabilidad en departamentos y municipios de “muy alto riesgo”, entre los que están Quiché, Alta Verapaz, Huehuetenango, Sololá, San Marcos y Quetzaltenango, que en su orden son los más vulnerables.
Quince de los 21 municipios de Quiché presentan muy alto nivel de inseguridad alimentaria, y entre los primeros están San Bartolomé Jocotenango, San Andrés Sajcabajá y Chajul.
Alta Verapaz también está afectado en 12 de sus 17 municipios, y los más vulnerables son Tucurú, Lanquín y Cahabón.
En Huehuetenango, 22 de los 32 municipios se hallan afectados, entre estos San Juan Atitán, con 91.4 por ciento de desnutrición crónica, y le siguen Santa Bárbara y Colotenango, que tienen el más alto riesgo en el departamento y a escala nacional.
Sololá tiene siete municipios de los 19 con muy alto grado de desnutrición, seguido de San Marcos, con nueve de los 29 municipios.
Quetzaltenango no escapa a este flagelo, con siete de sus 24 municipios; Baja Verapaz y Totonicapán, con dos municipios afectados de los ocho en cada uno; Suchitepéquez, tres de 20; Jalapa, uno de siete; Chimaltenango, dos de 16; y Chiquimula y Sacatepéquez, con uno, de 11 y 16 municipios, respectivamente.
Los municipios con más alta vulnerabilidad de desnutrición son 84, según el informe.
En Izabal, Zacapa, Jutiapa, Escuintla y Guatemala no hay ningún municipio en zona de muy alto riesgo, pero sí al menos uno en zona de alto riesgo.
Riesgo menor. Los últimos cuatro departamentos son Santa Rosa, Retalhuleu, Petén y El Progreso, los cuales no presentan casos ni de muy alto, ni alto riesgo, pero registran municipios en zona de “riesgo medio”.
“En Guatemala hay departamentos que producen grandes cantidades de verduras y granos básicos, como Quetzaltenango; sin embargo, la mayoría de los agricultores exporta las cosechas y no hace uso de ellas para alimentarse correctamente, y por el contrario, se preparan alimentos instantáneos”, dijo Ernesto Sinopoli, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, en inglés).
“Cuando voy a las comunidades observo que la culturización está afectando a las poblaciones, sobre todo a los niños, porque muchas veces las personas prefieren hacer de almuerzo una sopa instantánea que cocinar verduras”, dijo Leonarda López, extensionista de hogar, del Ministerio de Agricultura, en Totonicapán.
“Es lamentable que Guatemala no haya progresado; ni siquiera a la par de sus vecinos como Honduras, El Salvador y Nicaragua, porque no es el país más pobre de América Latina, pero tiene el mayor índice de desnutrición”, señaló.