El portavoz presidencial afirmó que a través de un mensaje a la nación, el mandatario hará “una serie de anuncios”, pero no quiso adelantar detalles sobre las iniciativas.
La Paz. El gobierno boliviano preparaba el martes medidas que apuntarían a paliar el impacto del fuerte aumento de los combustibles que anunció el fin de semana, mientras negocia un alza tarifaria con transportistas en huelga y la central obrera amenaza con protestas en las calles.
El anuncio del "mensaje a la nación", mecanismo usado por el presidente Evo Morales en situaciones extraordinarias, parecía mostrar la preocupación del mandatario izquierdista por el impacto político y social del reajuste decretado el domingo cuando visitaba a su aliado el líder venezolano Hugo Chávez.
"Esperen el mensaje del presidente, ahí se va a ver qué otras decisiones va a asumir el gobierno (...) Va a haber una serie de anuncios que va a hacer el Presidente, no puedo adelantarme a eso", dijo el martes el portavoz Iván Canelas.
Aunque sin precisiones, agregó que el mensaje previsto para las 8.00 de la noche (00:00 GMT) contendrá acciones derivadas "de la medida que asumió en las últimas horas el Gobierno" de aumentar los combustibles, que ya desató alzas especulativas y generalizadas de precios en el transporte y los alimentos.
El gobierno congeló las tarifas de servicios básicos y adelantó que definirá en las próximas semanas un alza de salarios que compensaría el impacto del aumento de los combustibles.
Para analistas, las medidas por venir deben ser de compensación y alivio a los trabajadores para evitar que se le vaya al gobierno de las manos y genere protestas sociales.
El alza de hasta un 83% en los precios de los combustibles para automotores convirtió a Morales -reelecto hace un año- en blanco de duras críticas, incluso de los sindicatos con los que había desarrollado una suerte de co-gobierno.
Pero las medidas de presión parecían frenadas de momento.
Canelas dijo que el gobierno esperaba llegar rápidamente a un acuerdo sobre tarifas con los propietarios del transporte automotor y con la Central Obrera Boliviana (COB), que agrupa a todos los sindicatos del país.
Morales hizo hasta ahora sólo una breve referencia al reajuste de combustibles cuando lo justificó el lunes como "nivelación de precios (con el mercado internacional) para evitar la sangría de la economía" provocada, dijo, por el contrabando de combustibles subvencionados a países vecinos.
Día de decisiones. La huelga de los propietarios del transporte urbano y de larga distancia pasaba casi desapercibida el martes en las ciudades porque la mayoría de choferes volvió al servicio con tarifas fijadas a su arbitrio, con reajustes de entre 100% y 150%, según mostraron imágenes de televisión.
Algunos usuarios, cantidad menor de la de días normales dadas las festividades navideñas y de Año Nuevo, reclamaban pero sin mayores incidentes.
Los reajustes no regulados comenzaron también a aplicarse en el transporte interdepartamental de pasajeros y de carga, frente a una aparente pasividad de las autoridades de regulación y de la policía, agregaron los medios.
"Estamos aplicando tarifas provisorias y esperamos llegar hoy mismo a un acuerdo tarifario con el Gobierno para normalizar completamente los servicios", dijo a reporteros el líder de la Confederación de Choferes, o propietarios del transporte, Franklin Durán.
La COB, por su parte, confirmó que espera anunciar medidas contra el "gasolinazo" en la noche del martes, tras una reunión nacional de dirigentes.
En la organización sindical, cuyo líder Pedro Montes es un abierto seguidor de Morales, conviven radicales de extrema izquierda, algunos centristas y no pocos dirigentes campesinos y petroleros aliados del gobierno.