El presidente de Paraguay recibió reclamos ciudadanos en la ciudad de Encarnación, capital del departamento de Itapúa, a la que se trasladó en horas de la mañana para inaugurar obras, celebrar su tercer año de gobierno y emitir un mensaje a la ciudadanía.
Encarnación. El obispo de la diócesis de Encarnación, Ignacio Gogorza Izaguirre, fue el vocero de los reclamos ciudadanos ante la inseguridad y falta de fuentes de trabajo, el resarcimiento a afectados por la represa de Yacyretá, y que sea un elemento aglutinador en un escenario nacional marcado por la conflictividad política.
Fue durante el acto de habilitación de obras en la iglesia San Isidro Labrador, que se cumplió ayer en esta ciudad. Lugo celebró su tercer año de mandato con la inauguración de la nueva planta de tratamiento de agua potable y el nuevo puerto de cargas de Encarnación.
Si el presidente Fernando Lugo quiso celebrar su tercer año de gobierno alejado de los conflictos y reclamos, en Encarnación no le fue mejor. A lo largo de su periplo distintos sectores de afectados, como los lancheros que quedaron sin fuentes de trabajo, los empleados de comercio y familias reubicadas de los distintos asentamientos se apostaron con carteles y pancartas para recordar al gobierno las cuestiones pendientes que tiene con ellos la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
Para rematar, en un discurso pronunciado durante el primer alto realizado por el titular del Ejecutivo en su periplo, el obispo Gogorza le recordó algunas cuestiones pendientes con las familias afectadas, como el tema de la problemática ambiental y social, la falta de trabajo y “el elevado nivel de inseguridad que se expresa de manera dramática en el día a día de los paraguayos en crímenes, en robos y asaltos, en violaciones y abusos de todo tipo, contra hombres y mujeres, contra ancianos y criaturas”.
Gogorza expresó sus felicitaciones por las obras que avanzan bastante rápido y que en poco tiempo se hayan concretado cosas que parecían una misión imposible.
“Aplaudo las mismas, pero omito juicios sobre la modalidad de su realización y su calidad, por no ser mi competencia, ni sentirme competente para ello, pero sí, señor Presidente, me preocupa porque es mi incumbencia como obispo y pastor, por tratarse directamente de la vida y la dignidad de las personas, dos deudas que están pendientes todavía: la dimensión social y la dimensión ambiental”, sostuvo.