El líder sindical Amancio Villatoro y el dirigente estudiantil Sergio Linares son las primeras víctimas que científicos han cotejado con un registro militar de Guatemala, una lista de 183 ciudadanos que desaparecieron a manos del Ejército entre 1983 y 1985.
Ciudad de Guatemala. Guatemala identificó este martes a un líder laboral y un cabecilla estudiantil que fueron capturados, muertos y sepultados en una fosa común en 1984 durante el gobierno del entonces presidente Oscar Mejía, quien enfrenta acusaciones de genocidio.
El líder sindical Amancio Villatoro y el dirigente estudiantil Sergio Linares son las primeras víctimas que científicos han cotejado con un registro militar de Guatemala, una lista de 183 ciudadanos que desaparecieron a manos del Ejército entre 1983 y 1985.
El documento, al que generalmente se le conoce como diario militar, fue desclasificado en 1999, pero ninguna víctima nombrada en él había sido identificada hasta ahora.
Guatemala aún lidia con el legado de la devastadora guerra civil que se extendió entre 1960 y 1996.
El período que cubre el diario es posterior a la etapa más brutal de la guerra, hasta que la democracia fue restaurada en 1986.
Cerca de 250.000 personas, la mayoría miembros de la etnia maya, murieron o desaparecieron durante el conflicto. Una comisión de la verdad de Naciones Unidas halló que un 93% de las violaciones a los derechos humanos en tiempos de guerra fueron cometidas por las Fuerzas Armadas.
Atormentada por la violencia de las pandillas y los cárteles de narcotraficantes mexicanos, Guatemala eligió este mes al general en retiro Otto Pérez como presidente, el primer ex militar que detenta el cargo desde 1986. El ganó después de prometer que enfrentaría con "mano dura" a los criminales.
Pérez asumirá el cargo en enero, justo cuando la oficina del fiscal general ha comenzado a acusar a ex líderes del Ejército de Guatemala por crímenes de guerra en un intento por cumplir condiciones claves establecidas en los acuerdos de paz de 1996.
El próximo presidente ha prometido que permitirá que los fiscales sigan con su trabajo, pero grupos de defensa de los derechos humanos han expresado su preocupación de que Pérez pueda obstaculizar las investigaciones a su ex camaradas.
Los cadáveres de Villatoro y Linares fueron exhumados en 2003 desde una fosa común cerca de una base militar Chimaltenango, al oeste de la capital. Las pruebas de ADN realizadas para confirmar sus identidades no fueron completadas hasta este mes.
"Siento tristeza, frustración y al mismo tiempo alegría por haber encontrado los restos de mi papá", dijo Sergio Villatoro, hijo del líder sindical y quien ahora tiene 41 años.
"Mi padre fue secuestrado el 30 de enero 1984 bajo el gobierno de facto de Oscar Mejía", agregó.
Mejía fue arrestado por cargos de genocidio en octubre, pero fue considerado como demasiado débil para enfrentar un juicio. Los investigadores esperan examinar a Mejía nuevamente con la esperanza de llevarlo ante la justicia.