Tras conocer los resultados, Zuluaga, advirtió de que trabajará por la paz, pero sin impunidad, y puso como condición que las FARC declaren un cese el fuego unilateral e indefinido.
Bogotá. La victoria del candidato uribista Óscar Iván Zuluaga a la Presidencia de Colombia, quien al no lograr mayoría absoluta disputará el 15 de junio la segunda vuelta con el aspirante a la reelección, Juan Manuel Santos, coloca en el limbo el proceso de paz con las FARC, advirtieron hoy los analistas.
Tras conocer los resultados, Zuluaga, un férreo crítico de las negociaciones en Cuba entre el Gobierno de Santos y la guerrilla, advirtió de que trabajará por la paz, pero sin impunidad, y puso como condición que las FARC declaren un cese el fuego unilateral e indefinido.
Este mensaje cayó como un jarro de agua fría sobre quienes defienden el diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se inició en noviembre de 2012 con el objetivo de terminar el único conflicto armado que sigue vivo en América y que se prolonga desde hace 50 años.
"Entramos en un periodo de mucha incertidumbre, ese proceso puede entrar en el congelador o terminarse, o puede avanzar, de aquí al 15 de junio no hay nada claro", expresó a Efe el director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, Alejo Vargas.
A juicio de Vargas, "este resultado va a gravitar sobre la mesa de conversaciones pero, más allá de eso, el hecho de que un sector tan importante de colombianos esté en una oposición tan dura va a plantear dificultades para que el proceso sea exitoso".
El experto en temas de paz, que ha trabajado durante este proceso con la ONU, consideró que la razón de estos resultados electorales está en que a una gran parte de la población colombiana no le afecta directamente el conflicto armado.
"Esto tiene una explicación sencilla, Colombia tiene una especie de dosificación entre el mundo urbano y el mundo rural. Al urbano el proceso de paz no les va ni les viene, lo miran de lejos, es como lo que ven en televisión sobre Ucrania; mientras que en el mundo rural es distinto", dijo Vargas.
En términos similares se expresó el coordinador del Observatorio de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, quien calificó los resultados de "lamentables" y coincidió en que lo que dejan ver es que "en las grandes ciudades, donde no hay conflicto armado, donde está el 50% de la población, se votó en contra de Santos".
"Es gente que no cree en el proceso de paz", apuntó, al ahondar en que el Gobierno es responsable por "no haber adelantado una campaña de lobby en favor de la paz" y por "la desinformación".
Eso le llevó a afirmar que lo ocurrido hoy en Colombia "no es un voto racional".
Pero, para Ávila, "lo fundamental es que el país representa dos cosas extremas, unos que quieren la paz y otros que no la quieren".
"El presidente va a tener muy difícil reconstruir la opinión pública", auguró el investigador, al expresar que "la sociedad colombiana es de derecha, muy permeada por la violencia y cree que no se debe negociar sino ir a la guerra".
"Es una sociedad que por los mismos años de conflicto, en parte por culpa de las FARC, vota así", agregó Ávila.
Asimismo recordó que "la sociedad urbana tiene un odio extremo a las FARC por el secuestro y por los ocho años de Álvaro Uribe, y las FARC no son conscientes de eso".
Y a ello se suma, según el experto, "la gran guerra de rumores porque se llegó a decir que en La Habana se estaba negociando hasta la propiedad privada y el Gobierno fue incapaz de detener eso".
Con todo, el experto en seguridad vaticinó que el diálogo de paz va a proseguir pero se deberán hacer ajustes de aquí al 14 de junio: "Las FARC van a tener que mostrar un nuevo gesto de paz y el Gobierno va a hacer una campaña a fondo, se la va a jugar con todo".
Desde noviembre de 2012, el Gobierno de Santos y las FARC han cerrado tres puntos de la agenda sobre el problema de la tierra, participación política y drogas con el objetivo de concluir pronto un acuerdo definitivo.
La siguiente ronda de diálogo está prevista para el 2 de junio, trece días antes de la decisiva segunda ronda electoral.
Santos dejó hoy claro que los colombianos tendrán que elegir entre "el fin de la guerra y la guerra sin fin", por eso solicitó el apoyo a los candidatos que se quedaron fuera de la contienda y les prometió incluir sus propuestas para la segunda vuelta.
Según datos oficiales, Zuluaga obtuvo el 29,25 % de los votos y Santos un 25,69 %.