El principal organismo estadounidense de codificación y descodificación trabaja en la actualidad con la conjetura de que los enemigos de Estados Unidos pueden haber accedido a las redes informáticas de seguridad nacional más delicadas que tiene bajo su vigilancia.
Washington. El principal organismo estadounidense de codificación y descodificación trabaja en la actualidad con la conjetura de que los enemigos de Estados Unidos pueden haber accedido a las redes informáticas de seguridad nacional más delicadas que tiene bajo su vigilancia.
"Ya no existe la palabra 'seguro'", dijo Debora Plunkett, de la Agencia Nacional de Seguridad, el jueves, en un momento en el que Estados Unidos está viendo cómo se sacan la luz cables diplomáticos clasificados filtrados por la web WikiLeaks.
"Los adversarios más sofisticados van a entrar sin que nos demos cuenta en nuestras redes", añadió.
Plunkett dirige el Directorio de Seguridad de la Información del organismo, que es responsable de proteger la información relativa a la seguridad nacional.
"Hemos construido nuestros sistemas bajo la presunción de que los adversarios entrarán", dijo en un foro de ciberseguridad.
Estados Unidos no puede poner su confianza en "los diferentes componentes del sistema que podrían haber sido violados", añadió Plunkett en una inusual difusión de la opinión de la NSA sobre el tema.
"Tenemos que asumir, de nuevo, que todos los componentes de nuestro sistema no son seguros, y asegurarnos de que estamos ajustándolos en función de ello", añadió.
La NSA debe revisar constantemente sus acciones, dijo, añadiendo que no existía la "seguridad estática".
Más de 100 organizaciones de inteligencia extranjeras están intentando entrar en las redes de Estados Unidos, dijo el vicesecretario de Defensa William Lynn en el número de septiembre/octubre de la publicación Foreign Affairs. Algunos tienen ya la capacidad de dañar la infraestructura de información de Estados Unidos, dijo.
Plunkett no quiso hacer comentarios respecto a WikiLeaks, que ha empezado a difundir algunos de los 250.000 cables diplomáticos que tiene, incluyendo detalles de instalaciones en el extranjero que las autoridades consideran vitales para la seguridad del país.