Spots en la TV muestran con crudeza los efectos del alcohol sobre personas dependientes. Como para la prevención del sida, existe además en el país una línea telefónica "de confianza" que trata las llamadas bajo completa discreción.
Una campaña contra el alcoholismo, considerada una droga legal, creció en Cuba después que, según estadísticas, un 45% de su población mayor de 15 años consume bebidas alcohólicas en abundancia, la mayoría personas entre los 25 y los 42 años.
La televisión y la prensa escrita cubanas han lanzado una ofensiva contra ese hábito, al que junto al tabaquismo definen como "drogas legales" que consideran un problema social, que se incrementaron a partir de las políticas de apertura del socialismo que vienen aplicando las autoridades.
Spots en la TV muestran con crudeza los efectos del alcohol sobre personas dependientes. Como para la prevención del sida, existe además en el país una línea telefónica "de confianza" que trata las llamadas bajo completa discreción.
La campaña mediática es parte, además, de un programa en el cual participan grupos comunitarios sociales y sociedades contra el alcoholismo. Sin embargo, el fenómeno parece incidir cada vez más en la población, señaló la agencia ANSA.
El diario oficial Granma, en un artículo en el que pide "una vacuna contra el alcoholismo", narró este jueves el caso de un hombre que terminó vendiendo la casa de su esposa para costearse la bebida.
"Hace tiempo que los hijos se fueron de la casa, de la otra, aquella que la madre había heredado de los abuelos y él la convenció de vender; para dejar en cada trago hasta el último centavo, y pasar luego a echarle mano a cualquier cosa que lo proveyera de algo de dinero para beber", escribió Granma.
Estudios en Cuba indican que la tendencia al alcoholismo es que se reduce la edad de inicio en estas prácticas y que las chicas toman a la par de los chicos.
Los especialistas locales consideran que los casos de mujeres alcohólicas son graves porque resultan "socialmente más discriminadas y marginadas, demoran más en solicitar ayuda debido a los propios estigmas, son más resistentes al tratamiento y tienen más recaídas".