Al subir al estrado en la corte por primera vez, Anders Behring Breivik, de 33 años, leyó una declaración durante una hora, haciendo caso omiso a los reclamos del juez para que se detuviera.
Oslo. El noruego anti-islamista acusado de matar a 77 personas dijo este martes en su juicio que la matanza que llevó a cabo fue "sofisticada y espectacular" y que hubiera hecho lo mismo otra vez.
Anders Behring Breivik, de 33 años, se ha declarado no culpable y dijo que actuó en defensa de su país al hacer explotar un coche bomba que causó ocho muertes en unas oficinas del gobierno en Oslo el pasado julio, para después abatir indiscriminadamente a tiros a otras 69 personas en un campamento de verano juvenil organizado por el gobernante Partido Laborista.
Al subir al estrado en la corte por primera vez, leyó una declaración durante una hora, haciendo caso omiso a los reclamos del juez para que se detuviera, situación que provocó críticas de las víctimas acerca de que a él se le estaba permitiendo usar el juicio para propaganda violenta.
El asesino, un ex estafador que vivía con su madre, invocó a nativos guerreros estadounidenses como "Sitting Bull" (Toro Sentado), se enfureció contra el Islam y el "infierno" multicultural y advirtió de "ríos de sangre" en Europa.
"He llevado a cabo el más sofisticado y espectacular ataque político cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial", dijo Breivik al tribunal con una voz monótona, sin emoción, sentado y sosteniendo con una mano sus papeles y la otra en su pierna.
"Los ataques del 22 de julio fueron ataques preventivos para defender al pueblo noruego y el origen étnico de Noruega", agregó. "Sí, lo hubiera hecho de nuevo, porque las ofensas contra mi pueblo (...) son tantas como malas", expresó.
Sus ataques fueron "basados en la bondad, no en el mal", agregó.
Aunque ha admitido los asesinatos y posiblemente permanecerá en la cárcel el resto de su vida, el principal objetivo de Breivik es demostrar que está en su sano juicio, una sentencia judicial que considera una reivindicación a su causa anti-musulmana y anti-inmigración.
Breivik dijo que ser calificado de loco sería "peor que la muerte".
Si es hallado culpable y sano, Breivik se enfrenta a un máximo de 21 años de cárcel pero podría ser confinado de forma indefinida si es considerado un peligro continuo. Si se le declara loco, será enviado a una institución psiquiátrica durante tiempo indefinido con revisiones periódicas.
Noruega no tienen pena de muerte.
Antes de la declaración del martes, Breivik había prometido ser sensible con las víctimas y bajar el tono de su retórica. Sin embargo, la audiencia judicial, incluidos los supervivientes, se revolvieron en sus sillas y murmuraron con impaciencia durante su discurso.
El ignoró las reiteradas peticiones de un juez enojado para que dejara de hablar. Cuando Breivik empezó a declarar sobre Japón y Corea del Sur como modelos de conducta, el juez le pidió que "se limite a las cuestiones de Noruega".
El testimonio de Breivik, que va a durar cinco días, no será transmitido por televisión debido a la preocupación de que el hombre armado pueda utilizar el juicio como propaganda para su causa violenta.
El testimonio de Breivik no será transmitido por televisión ante las preocupaciones de que el extremista utilice el juicio como propaganda para su violenta causa.
"El está haciendo lo que quiere y yo no quiero ser parte de eso", dijo el sobreviviente Hildegunn Fallang.
El día comenzó con una polémica después de que el tribunal recusara a un juez 'civil' que publicó un comentario en una página de Facebook días después de la masacre diciendo que el agresor debería enfrentarse a la pena de muerte.
Dos magistrados profesionales presiden el juicio y están respaldados por otros tres jueces elegidos entre la sociedad civil. El juez, que será sustituido, publicó: "La pena de muerte es el único resultado justo en este caso", en una página de Facebook .
"Propaganda". Breivik apareció por primera vez el lunes ante el tribunal, saludando con el puño en alto, sonriendo y declarándose no culpable en un juicio que amenaza con airear sus opiniones anti-islamistas.
El procesado escuchó impasible el lunes durante horas el acta de acusación que leyeron los fiscales detallando cómo asesinó a decenas de jóvenes atrapados en una isla de las afueras de Oslo. Sólo derramó algunas lágrimas cuando se proyectó uno de sus vídeos propagandísticos.
Breivik disparó a la mayoría de las víctimas varias veces, a menudo utilizando el primer tiro para abatirlas y después rematándola con otro en la cabeza. Su víctima más joven tenía 14 años. Después se entregó como "comandante del movimiento de resistencia noruego".
Está previsto que el juicio dure 10 semanas.
Más de 200 personas se sentaron en la sala especialmente construida para el juicio, mientras que unos 700 supervivientes y familiares de las víctimas seguían se cerca el proceso a través de un circuito cerrado de vídeo por todo el país.
Algunos noruegos temen que Breivik se salga con la suya y convierta el juicio, para el que se han acreditado unos 800 periodistas, en una plataforma de sus ideas anti-inmigración. Un periódico noruego ofreció a los lectores online la posibilidad de borrar todas las historias relacionadas con Breivik.
El equipo que lo defiende ha citado a 29 testigos para alegar que está en su sano juicio, con una visión del mundo compartida por un reducido grupo de personas.
Sus testigos propuestos incluyen al mulá Krekar, el fundador kurdo del grupo islamista Ansar al Islam, que fue recientemente encarcelado en Noruega por amenazas de muerte, y "Fjordman", un bloguero de extrema derecha que influyó en Breivik.
Está previsto que el testimonio de Breivik dure una semana.
El pasado 22 de julio hizo estallar una bomba en el centro de Oslo antes de dirigirse al campamento juvenil en Utoya, una isla en un lago a 40 kilómetros de la capital, disparando aleatoriamente a sus víctimas. La policía tardó más de una hora en llegar al lugar de la masacre por el caos que siguió a la explosión de la bomba.
Vestido como un agente de policía, Breivik consiguió sacar de sus escondites a alguna de las víctimas, diciendo que había llegado la ayuda. Otras víctimas se lanzaron al lago y les disparó en el agua.
"Tu detención marcará el inicio de la fase de propaganda", escribió Breivik en un manual para futuros atacantes, parte de un manifiesto de 1.500 páginas que colgó en Internet. "Tu juicio te brinda un escenario al mundo", añadió.
Una evaluación psiquiátrica inicial concluyó que Breivik estaba penalmente loco. Un segundo informe, terminado la semana pasada, no halló pruebas de psicosis. Resolver este conflicto podría ser la principal decisión del tribunal de cinco jueces.