Heriberto Lazcano, de 36 años, fue abatido el domingo en un pequeño pueblo del norteño estado de Coahuila sin que se supiera de quién se trataba, aunque horas después las primeras pruebas periciales corroboraron su identidad, informó este martes la secretaría de Marina.
Marinos de México mataron al máximo líder del sanguinario cártel de los Zetas, Heriberto "el Lazca" Lazcano, en uno de los más duros golpes asestados al narcotráfico por el gobierno saliente de Felipe Calderón, pero su cadáver fue robado de una funeraria por un comando armado.
El capo, de 36 años, fue abatido el domingo en un pequeño pueblo del norteño estado de Coahuila sin que se supiera de quién se trataba, aunque horas después las primeras pruebas periciales corroboraron su identidad, informó el martes la secretaría de Marina.
Lazcano, también apodado "el Verdugo", es considerado responsable de los peores crímenes cometidos en medio de la ola de violencia que afecta al país y que ha dejado cerca de 60,000 muertos en el gobierno de Calderón, que termina en diciembre.
El gobernante calificó el martes a los Zetas como "una de las (organizaciones) más peligrosas del mundo", a quienes "se le atribuyen un sinnúmero de crímenes de alto impacto así como hechos de violencia extrema que han padecido muchas comunidades del país".
El enfrentamiento se produjo el domingo, cuando marinos que patrullaban el pueblo de Progreso ordenaron detenerse a dos hombres que iban armados a bordo de un vehículo, narró el fiscal estatal de Coahuila, Homero Ramos.
Estos se dieron a la fuga y comenzaron a disparar y lanzar granadas contra los marinos, quienes respondieron al tiroteo dando muerte primero al conductor del vehículo y después al acompañante que trató de huir.
Ambos llevaban un fusil de asalto R-15 adaptado con un lanzagranadas y un lanzacohetes, precisó Ramos.
La Marina dijo que los análisis de los dedos pulgar, índice y medio de la mano derecha ratificaron la identidad de Lazcano, un desertor del Ejército que a finales de la década de 1990 fue uno de los primeros integrantes de los Zetas.
Pero el cuerpo fue robado poco después de las primeras pruebas.
"Se presentó un comando armado cubierto del rostro, fuertemente custodiado, el cual después de someter personal tomó los cuerpos y en la carroza los sustrajeron de las instalaciones", dijo Ramos.
Máximo golpe en ofensiva anti Zetas. Los Zetas, que habían sido entrenados en tácticas de contrainsurgencia cuando eran soldados, actuaron durante años como el brazo armado del cártel del Golfo al mando del capo Osiel Cárdenas.
En 2010 rompieron con este cártel y se convirtieron en una de las mayores organizaciones criminales de México con más de 10.000 integrantes, dedicados también a secuestros, extorsión y tráfico de inmigrantes, sembrando el terror en al menos 16 de los 32 estados del país.
En los últimos años comenzaron a atacar con robo de combustible a la petrolera estatal Pemex.
Análisis independientes estiman que el tráfico de drogas representa entre un 30 y un 45% de los ingresos de la organización y el resto corresponde a los demás delitos.
La muerte de Lazcano es el punto culminante de una ofensiva del gobierno contra los Zetas, dirigida a tratar de aplacar al cártel visto como el causante de la mayor violencia en el país, y ocurre tras una seguidilla de capturas de varios de sus líderes y divisiones internas.
"Muchos líderes Zetas han sido capturados o abatidos en el último año. Ellos están inmersos en una espiral de muerte, cada captura conduce a traiciones y más traiciones", dijo el analista en seguridad Alejandro Hope.
Los Zetas están acusados de masacrar a cerca de 200 inmigrantes mexicanos en el 2011 y a otros 72 inmigrantes centroamericanos que transitaban por México rumbo a Estados Unidos en el 2010 en el norteño estado de Tamaulipas, uno de sus centros de operaciones.
Autoridades han dicho que en los últimos meses esta banda criminal estaba dividida entre el liderazgo de Lazcano y su segundo, Miguel Angel "el Z-40" Treviño, lo que derivó en varias detenciones entre sus líderes.
El analista Eduardo Guerrero, especialista en seguridad de la firma Lantia Consultores, señaló que la forma en que estaba Lazcano, sin un comando armado que lo protegiera, lleva a pensar que había perdido apoyo y que su detención tendría relación con información dada por alguno de los previamente detenidos.
"Se espera un periodo de descontrol de las células Zetas por falta de liderazgos y se iniciaría un proceso de purga y alineamiento de células disidentes de los Zetas con otras organizaciones, lo cual podría aumentar la violencia", dijo Guerrero, aunque aclaró que cabe la posibilidad que la mayoría se alineen detrás de Treviño.