Unas 4.500 mujeres en ese país recibieron prótesis de la firma francesa ya inexistente Poly Implant Prothese (PIP), según un sondeo a los 1.200 miembros de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (Amcper).
México DF. Las mujeres mexicanas con implantes mamarios fabricados por la compañía francesa que está detrás del escándalo de salud mundial por el uso de silicona de tipo industrial deberían ser examinadas por un médico, señalaron cirujanos plásticos del país latinoamericano.
Unas 4.500 mujeres de México recibieron prótesis de la firma francesa ya inexistente Poly Implant Prothese (PIP), según un sondeo a los 1.200 miembros de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (Amcper).
Los funcionarios de salud de México no recibieron informes de problemas graves con los implantes sospechosos, aunque sería prudente que las mujeres que tienen estas prótesis se controlen para descartar fallas, dijo el presidente de la entidad, Alejandro Duarte.
"No es una situación de pánico", señaló Duarte a periodistas en conferencia de prensa.
PIP, alguna vez tercera mayor productora de implantes mamarios del mundo, está acusada de usar silicona de tipo industrial, en lugar del gel de uso medicinal, en algunos de sus productos. Estas prótesis fueron comercializadas en varios países de Europa y Latinoamérica.
El gobierno francés aconsejó el diciembre a las 30.000 mujeres de Francia con implantes de PIP que se los extraigan, luego de la muerte por cáncer de una ciudadana que los portaba.
Los productos de PIP fueron vendidos en México por dos distribuidores entre 1994 y el 2010, cuando los reguladores mexicanos suspendieron su venta.
"Esta gente no tiene escrúpulos ", dijo el tesorero de la asociación, Alfonso Vallarta, que lidera una campaña a favor de la cirugía plástica segura, y agregó que el precio mayorista de los implantes de PIP -de US$450 el par- era casi la mitad del de productos rivales.
La mayoría de las cirugías con implantes mamarios de PIP informadas tuvieron lugar en los estados mexicanos de Guanajuato y Queretaro.
Autoridades de salud dijeron que por el momento no hay evidencia de un aumento del riesgo de cáncer con los implantes de PIP, aunque sí presentan mayores tasas de rotura, lo que podría provocar inflamación e irritación.