Para algunos era su primer día de trabajo, otros querían dejar para siempre este yacimiento, y finalmente, todos se convirtieron en protagonistas de una odisea de supervivencia que ha emocionado al mundo.
Copiapó. Los 33 mineros atrapados (29 hasta el cierre de esta edición) bajo 700 metros de roca en el yacimiento San José, desde hace más de dos meses, comienzan desde este miércoles a recuperar la normalidad de sus vidas.
Esto, tras una esperada y audaz operación de rescate que está poniendo fin a una epopeya que ha cautivado al mundo y que dejará sus nombres grabados en la historia.
Para algunos era su primer día de trabajo, otros querían dejar para siempre este yacimiento, y más de alguno buscaba extender su jornada laboral cuando ocurrió lo insospechado: el desplome que dejó a 33 hombres atrapados a 700 metros de profundidad.
A continuación, una descripción de cada uno de los 33 mineros atrapados:
CLAUDIO ACUÑA CORTES: Especialista en perforaciones de 34 años, le pidió desde la profundidad matrimonio en una carta a su pareja, Fabiola Araya. Le prometió que realizaría un gran matrimonio, con el dinero donado por un empresario.
JUAN AGUILAR GAETE: Desde el sur de Chile viajó al otro extremo del país en busca de un mejor trabajo tras su experiencia en las minas de carbón. Casado, 49 años, manifestó en cartas a su pareja que deseaba tener otro hijo.
OSMAN ARAYA ARAYA: De recolector de frutas a minero arrepentido. Este minero de 30 años, casado, se había quejado por las malas condiciones y falta de seguridad de la mina. Había decidido renunciar a fines de agosto de este año, cuando ocurrió el derrumbe.
FLORENCIO AVALOS SILVA: Fue el primer rostro que recorrió el mundo cuando se mostraron las imágenes iniciales de los mineros atrapados. Pese a tener 31 años, casado, es el capataz de la mina, que dejó ese cargo por el de camarógrafo oficial de las grabaciones de los 33 operarios bajo tierra.
RENAN AVALOS SILVA: Amante del fútbol y los caballos, entró a la mina recomendado por su hermano Florencio. Soltero, de 29 años, se desempeñaba como cargador al interior del yacimiento. Envió a la superficie varias camisetas de los clubes de fútbol que les hicieron regalos para calmar su ansiedad.
SAMUEL AVALOS ACUÑA: De vendedor en las calles pasó a formar parte de los trabajadores de la mina hace cinco meses. Tiene tres hijos y le prometió a su conviviente de hace 21 años, Ruth González, casarse cuando saliera de la mina.
CARLOS BARRIOS CONTRERAS: Sólo alcanzó a disfrutar tres meses del buen sueldo que pagaba la mina cuando ocurrió el accidente. Con 27 años, de los cuales 10 ha entregado a la minería, recibió una carta de su novia en la que le comunicaba que sería padre.
YONNY BARRIOS ROJAS: Es el enfermero de 50 años que veló por la salud de los mineros. Fue pieza clave para que las autoridades pudieran monitorearlos. Pero también es conocido porque en la superficie lo esperan dos mujeres: su actual conviviente, Susana, y su esposa, Marta.
CARLOS BUGUEÑO ALFARO: Soltero, de 27 años, quería tener su casa y un auto por lo que decidió entrar a la mina. Ahora, a punto de salir, quiero volver a su antiguo trabajo de guardia de seguridad.
RAUL BUSTOS IBAÑEZ: Había perdido su trabajo como astillero tras el maremoto que sacudió a Chile en febrero de 2010. Con 40 años, casado, decidió ir al norte del país y tras su primer día de trabajo en la mina, no alcanzó a salir cuando se produjo el derrumbe.
PEDRO CORTES CONTRERAS: Electricista, de 26 años, es uno de los artífices de haber instalado un sistema de comunicación entre la mina y la superficie. De buen humor, se desempeñaba también como conductor de camiones tras haber perdido un dedo en un accidente en la mina.
JORGE GALLEGUILLOS: Casado, de 56 años, cantó y bailó cueca cuando el 18 de septiembre de este año los mineros celebraron las fiestas del bicentenario a 700 metros de profundidad. Sin embargo, es uno de los más afectado emocionalmente por este accidente.
MARIO GOMEZ HEREDIA: Fue uno de los primeros que envió una carta a sus familiares. De 63 años y casado, también entregó a los equipos de rescate las coordenadas exactas donde estaban los mineros atrapados, lo que agilizó y facilitó las labores de perforación.
JOSE HENRIQUEZ: Sus propios compañeros lo califican como el guía espiritual. Con 56 años y casado, le ha ayudado a sus compañeros a no perder la fé. Consiguió que les enviarán 33 biblias. Antes del accidente, ya pensaba en dejar la mina.
DANIEL HERRERA CAMPOS: De taxista a conductor de camión en la mina siniestrada. Soltero, 27 años, fanático del fútbol, quiere volver a la superficie para reencontrarse con su madre.
JUAN ILLANES PALMA: Con instrucción militar, participó como miembro del ejército en el conflicto de 1978 con Argentina. Casado, 52 años, es uno de los líderes de los mineros atrapados. El pasado 9 de septiembre celebró su cumpleaños a 700 metros de profundidad y planea dejar el trabajo en las minas.
FRANKLIN LOBOS: Uno de los mineros más famosos por su pasado de futbolista profesional. Casado, de 52 años, se desempeñaba como conductor de un camión al momento del accidente. Bajo tierra recibió camisetas autografiadas de entrenadores, futbolistas y equipos de renombre mundial.
CARLOS MAMANI SOLIS: Casado, de 24 años, es el único extranjero de la mina. De nacionalidad boliviana, llevaba cinco días en el lugar cuando ocurrió el derrumbe. Antes de dedicarse a la minería, era agricultor en Bolivia.
JOSE OJEDA: Viudo, de 47 años, es el autor de la frase célebre que recorrió el mundo: "Estamos bien en el refugio los 33", lo que revivió las esperanzas y desató el júbilo de todo un país. Tiene 27 años de experiencia en minas.
EDISON PEÑA: Soltero, de 34 años, en los primeros días de encierro corría 10 kilómetros diarios para calmar la ansiedad. Es uno de los mineros en mejor estado físico. Definido por sus compañeros y autoridades como uno de los más realistas y pragmáticos.
OMAR REYGADA ROJAS: Viudo, 56 años, es uno de los que pueden contar que este es su tercer gran accidente minero y quienes lo conocen saben que su pasión es la minería subterránea, por lo que no está claro que deje este trabajo, pese a esta histórica hazaña.
ESTEBAN ROJAS: Pura mala suerte. El día de derrumbe no le correspondía trabajar en la mina, pero tenía dos días pendientes tras asistir al funeral de un tío. Previo al accidente ya había resuelto renunciar a la mina. Casado, 44 años, tiene tres hijos.
PABLO ROJAS VILLACORTA: Casado, 45 años, ha vivido muchas emociones. Una semana antes del derrumbe su padre había fallecido. Llevaba cinco meses trabajando en la mina para costear la carrera de medicina de su hijo.
JIMMY SANCHEZ: Soltero, de 19 años, es el más joven de los 33 mineros y uno de los más asustados. Quería dejar el trabajo y volver al colegio para terminar sus estudios. Tiene planes de casarse con su novia tras subir a la superficie.
DARIO SEGOVIA: Al igual que otros mineros, no le correspondía trabajar, pero se había ofrecido para hacer doble turno cuando ocurrió el derrumbe. Casado, de 48 años, es miembro de una familia de mineros, por lo que habían comentado los peligros que veía al interior de la mina.
VICTOR SEGOVIA: Catalogado como el escritor de la mina, ya ha redactado algunas páginas de lo que podría ser su primer libro de los 33 mineros bajo tierra. En la superficie lo espera su única hija, que vive con él.
MARIO SEPULVEDA: Es uno de los mineros más extrovertidos del grupo, que ante la flaqueza de algunos de sus compañeros, les entregó aliento. Pero sin duda que este minero, de 40 años, llamó la atención por su capacidad para enfrentar las cámaras y mostrar al mundo en las condiciones en que vivían al fondo de la mina y como se habían organizado ante la adversidad.
ARIEL TICONA: Casado, 29 años, vió nacer a su tercera hija desde el fondo de la mina a través de un video que le había grabado en las horas previas su esposa. Aunque tenía otro nombre para su hija, decidió llamarla "Esperanza".
LUIS URZUA IRIBARREN: Es el jefe de turno que organizó todo en la mina, con turnos y un sistema de vigilancia. Casado, de 54 años, se aisló en una camioneta al interior de la mina para planificar cada día. Su experiencia y bajo perfil han sorprendido a las autoridades y expertos de la NASA.
ALEX VEGA SALAZAR: Casado, 31 años, es mecánico desde hace nueve años en la mina y estaba juntando dinero para no vivir con su familia en la casa de sus padres cuando ocurrió el accidente. Es uno de los más alegres y optimistas del grupo.
RICHARD VILLARROEL: Increíble, pero cierto. Su madre supo que su hijo trabajaba en la mina cuando conoció la lista de los 33 mineros atrapados. Mecánico de profesión y amante de la computación, espera presenciar el nacimiento de su hija programado para noviembre.
CLAUDIO YAÑEZ: Al igual que otros mineros, trabajaba para pagar sus deudas cuando ocurrió el accidente. Con 34 años, pensó en faltar el día derrumbe, pero se arrepintió por el dinero que perdía en cada jornada. Fue el primero en pedir cigarros.
VICTOR ZAMORA: Casado, 33 años, alias el "Cantinflas" por su notable humor. Sus compañeros dicen que se ríe hasta del dolor de muelas que lo aqueja hace varias semanas, al tiempo que intenta imponer orden en los gastos de su familia.