La reunión será el primer encuentro entre ambos gobiernos desde septiembre, y el primero desde que la tensión alcanzó su punto más alto en la península a fines del año pasado.
Seúl. Funcionarios militares de Corea del Norte y Corea del Sur se reunirán esta semana en una aldea cerca de su fuertemente fortificada frontera, en una prueba al compromiso de Pyongyang de aliviar la tensión después de una enorme crisis de seguridad el año pasado.
Potencias regionales han presionado a los rivales para que resuelvan la crisis y reanuden las negociaciones internacionales sobre el programa nuclear de Corea del Norte.
Ambas Coreas están técnicamente aún en guerra porque fue un armisticio y no un tratado lo que puso fin a la guerra de Corea de 1950 a 1953.
La reunión será el primer encuentro entre ambos gobiernos desde septiembre, y el primero desde que la tensión alcanzó su punto más alto en la península a fines del año pasado.
En marzo del año pasado, Corea del Sur acusó a Corea del Norte de hundir uno de los buques de su armada, matando a 46 marineros.
Luego en noviembre, Corea del Norte bombardeó una isla en aguas disputadas frente a la costa oeste de la península, lo que llevó a un intercambio de amenazas y arriesgó con desatar un conflicto mayor, lo que remeció a los mercados financieros.
Ambos bandos acordaron la semana pasada sostener una ronda preliminar de negociaciones militares el 8 de febrero para establecer un calendario para las conversaciones de alto nivel, posiblemente entre sus ministros de defensa.
Corea del Sur dijo que no es necesaria una disculpa formal por lo que considera como una provocación flagrante de Corea del Norte el año pasado para seguir adelante con las conversaciones de alto nivel.
"Ustedes no tienen coroneles hablando sobre disculparse", dijo un funcionario surcoreano, refiriéndose a los responsables con los que se reunirá este martes.
Corea del Norte amenazó con una guerra nuclear en la península en el peor momento de la tensión, pero en un brusco cambio de enfoque, ha llamado en reiteradas oportunidades al diálogo con el Corea del Sur desde enero.
Algunos analistas dicen que el cambio de postura es una señal de que Corea del Norte está sufriendo debido a los años de sanciones internacionales y un corte en el envío de ayuda desde el Sur.
El Sur ha dicho que quiere ver si el Norte es sincero sobre su meta de reducir la tensión y accedió a las reuniones bajo la condición de que se discuta el hundimiento del buque surcoreano y el bombardeo a la isla.
El presidente surcoreano Lee Myung-bak dijo la semana pasada que está dispuesto a considerar una reunión con el líder del Norte en una cumbre para suavizar el tono de Seúl luego de meses de dura retórica que incluyó la promesa de venganza si Corea del Norte atacaba nuevamente.
Lee puso fin a una década de envío (...) de ayuda incondicional hacia el Norte cuando asumió el poder en el 2008, enfadando a Pyongyang, que según dijeron analistas se ha habían vuelto dependiente de la política de sus antecesores liberales de usar la ayuda para mantener interesado a su impredecible vecino.
Lee dijo que él tenía altas expectativas de que Corea del Norte abandonaría la táctica de realizar actos hostiles para aumentar la tensión, luego intentar el diálogo con el rico Seúl para ganar concesiones.