La brutalidad creciente del conflicto aleja cada vez más la posibilidad de una reconciliación y exacerba las divisiones sectarias entre los rebeldes - mayoritariamente suníes -, la comunidad alauita a la que pertenece el presidente Assad y las minorías cristiana, drusa y kurda.
Beirut. Una violencia que se intensifica y un círculo vicioso de venganzas podría dejar a Siria ingobernable aunque finalmente haya un vencedor del levantamiento rebelde contra el presidente Bashar al-Assad.
Casi un año y medio después de que comenzara la revuelta - inicialmente en forma de manifestaciones pacíficas que pedían reformas - las fuerzas de Assad y los insurgentes combaten en un conflicto turbio sin frentes y escaso respeto a las leyes de la guerra.
Assad ha utilizado la aviación y la artillería para golpear las ciudades rebeldes y obligarlas a rendirse, alcanzando zonas civiles y hospitales. Los grupos de defensa de los derechos humanos dicen que sus soldados han cometido masacres. Los rebeldes han matado o cortado el cuello de los simpatizantes de Assad que han capturado, y han lanzado cadáveres desde edificios.
La brutalidad creciente del conflicto aleja cada vez más la posibilidad de una reconciliación y exacerba las divisiones sectarias entre los rebeldes - mayoritariamente suníes -, la comunidad alauita a la que pertenece Assad y las minorías cristiana, drusa y kurda.
Assad podría estar planeando explotar esas divisiones para asegurarse de que, si no puede ganar rotundamente, ningún sucesor pueda monopolizar el poder de la forma en la que tanto él como su padre, Hafez al-Assad, lo han hecho durante cuatro décadas.
"Para sobrevivir, Assad y sus generales alauitas lucharán por convertir Siria en una especie de Líbano, un país fracturado, donde ninguna comunidad puede gobernar", dijo Joshua Landis, profesor de la Universidad de Oklahoma en su blog "Syria Comment".
Landis dijo que la "opción Líbano" de Assad podría ser para "convertir Siria en un pantano y generar caos en(sus) sectas y facciones... El Ejército sirio ya ha sido transformado en gran parte en una milicia alauita".
La oposición dice que un descenso en la violencia y el caos será inevitable si el mundo exterior no hace nada para detenerlo.
"Mi mensaje a la comunidad internacional es que cuanto más tiempo nos ignore, más rápido crearán extremistas en Siria", dijo el jeque Tawfiq, comandante de la brigada Nuraldin Zinky en Qobtan al Yebel, cerca de Aleppo.
"La violencia y la opresión que estamos presenciando a causa de esta guerra está haciendo que los jóvenes sirios estén enfadados y deprimidos, y eso les está empujando hacia el extremismo e incluso hacia el terrorismo. El mundo tiene que acudir en nuestra ayuda ahora antes de que sea demasiado tarde", sostuvo.
La naturaleza del levantamiento de mayoría suní significa que el conflicto está centrado en un eje norte-sur de poblaciones principalmente suníes, desde Derá en el sur hasta Aleppo en el norte.
Más que concentrar sus fuerzas para un enfrentamiento abierto con las tropas de Assad, las diversas brigadas rebeldes, en su mayoría sirias pero que también con combatientes yihadistas extranjeros, han luchado batallas localizadas con las fuerzas de seguridad en múltiples idas y venidas durante meses.
Las zonas donde la comunidad alauita de Assad es más fuerte, como las montañas del oeste cerca del Mediterráneo, han estado más tranquilas, aunque no exentas de violencia, al tiempo que el presidente parece haber consentido en la aspiración kurda de autonomía en el noreste.
Crímenes de guerra. Investigadores de Naciones Unidas dijeron esta semana que han encontrado motivos suficientes para declarar que las fuerzas de Assad y sus milicias aliadas han cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo asesinato y tortura de civiles.
Estos incluyeron "homicidio ilegítimos, torturas, arrestos y detenciones arbitrarios, violencia sexual, ataques indiscriminados, saqueos y destrucción de propiedades".
Las fuerzas gubernamentales y las milicias shabbiha violaron a hombres, mujeres y niños en actos que podrían ser enjuiciados como crímenes contra la humanidad, dijeron investigadores.
Los rebeldes también fueron culpables de crímenes de guerra, incluyendo la ejecución de soldados capturados, aunque sus violaciones fueron a menor escala, dijeron investigadores.
Tanto las fuerzas gubernamentales como los insurgentes armados mostraron "tácticas más brutales y nuevas capacidades militares" en los últimos meses.
Esto supone que alrededor de unas 200 personas mueran cada día en pueblos, ciudades y distritos rurales por todo el país, según activistas.
"Nos hemos visto superados por una sensación de depresión y desesperación. Nos sentimos abandonados por el mundo", dijo Abu Osama, líder comunitario en el pueblo de Azaz, cerca de la frontera kurda.
"¿Cuántos vídeos más necesitamos poner y con cuántos periodistas necesitamos hablar antes de que alguien haga algo?", preguntó.
Un grupo que supervisa la violencia en Siria, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, dice que más de 23.0000 personas han muerto desde el inicio de la revuelta, entre ellos casi 6.000 soldados y unos 1.000 desertores.