Las víctimas, entre las que figuran varias mujeres y niños, son en su mayoría de origen guatemalteco, hondureño y salvadoreño, y fueron secuestrados por militantes del grupo armado Los Zetas, según indicó el padre Alejandro Solalinde, director del albergue "Hermanos en el Camino".
Ciudad de México, Andina. Colaboradores del grupo armado ilegal mexicano Los Zetas secuestraron entre 80 y 100 inmigrantes en el estado de Veracruz, en el sur del país, confirmó hoy a DPA el director del albergue "Hermanos en el Camino", el padre Alejandro Solalinde.
Solalinde aseguró que los inmigrantes eran en su mayoría de origen guatemalteco, hondureño y salvadoreño y que en el grupo hay varias mujeres y niños.
"El viernes 24 de junio salieron 250 personas en un tren de la ciudad de Ixtepec (en el estado de Oaxaca) y antes de llegar a la estación de Medias Aguas (Veracruz) el tren no paró en el lugar donde siempre para y ahí los estaban esperando varias camionetas de lujo con unas 10 personas armadas", indicó Solalinde.
El defensor de los derechos de los inmigrantes dijo que el hecho fue denunciado por personas que viajaban en el tren de carga conocido como "La Bestia de acero", que generalmente hace recorridos hasta zonas limítrofes con Estados Unidos.
Agregó que los inmigrantes que lograron escapar también contaron que las personas que realizaron la retención se comunicaban con códigos en números. "Estas personas hablaban como policías", precisó.
"Nosotros creemos que parte de los inmigrantes secuestrados aún están en Medias Aguas y Coatzacoalcos, Veracruz", indicó.
Solalinde también dijo que la denuncia sobre el hecho será realizada formalmente este lunes ante varias instituciones en Ciudad de México.
El tren de carga "La Bestia de acero" es utilizado generalmente por inmigrantes indocumentados que quieren llegar a Estados Unidos.
Varios de estos inmigrantes han sido secuestrados y asesinados por grupos del crimen organizado de México en los últimos años.
Uno de los casos más sonados se registró en agosto de 2010, cuando unos 72 indocumentados de Centroamérica y Sudamérica fueron secuestrados y posteriormente asesinados en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos. La masacre también fue atribuida a Los Zetas.