Los detenidos, Alberto González Sepúlveda, alias "Ronco", y Henry Norberto Valdés Marín, alias "Pollo", habían huido de las autoridades colombianas y están relacionados con los cárteles del Norte del Valle y de Envigado.
Madrid. La policía española detuvo en la provincia de Valencia a dos sicarios relacionados con más de 200 asesinatos, secuestros y torturas en Colombia, informó este martes el Ministerio del Interior en un comunicado.
Los detenidos, apodados "Ronco" y "Pollo", se habían radicado en España con la intención de continuar con su actividad estableciendo "oficinas de cobro" vinculadas a los cárteles de la droga, explicó el ministerio.
Los dos detenidos, Alberto González Sepúlveda, alias "Ronco", y Henry Norberto Valdés Marín, alias "Pollo", habían huido de las autoridades colombianas y están relacionados con los cárteles del Norte del Valle y de Envigado.
Uno de los arrestados había alterado sus huellas dactilares para ocultar su identidad, y el otro se había casado fraudulentamente con una española para obtener la nacionalidad proporcionando datos falsos.
La policía puso a ambos a disposición de la Audiencia Nacional para su extradición por homicidio, tenencia ilícita de armas, torturas, tráfico de estupefacientes y secuestro, según el comunicado de Interior.
Las detenciones se produjeron en el municipio valenciano de La Eliana y en Valencia capital tras recibir una alerta de la policía colombiana en junio.
Valdés, de 36 años, era el responsable logístico de la "oficina de cobros" denominada "Las tres puntillas" o "La negra", cuyos sicarios operan en ocho países y se les atribuye al menos unos 200 asesinatos en Colombia.
El grupo clavaba tres puntillas en la cabeza de las víctimas como una forma de reivindicar su autoría y estaba vinculado al Cartel del Norte del Valle.
El otro arrestado, González, de 44 años, formó parte del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, algunos de cuyos integrantes se dispersaron por diversos países europeos tras huir del país sudamericano después de ser condenados por su participación en asesinatos y tráfico de drogas.
González, uno de los más buscados del cártel de Envigado, continuó dirigiendo otro grupo de sicarios cuando se desintegraron las Autodefensas.