Además de las víctimas, también se han visto maletas, chalecos salvavidas y otros objetos que supuestamente proceden del Airbus 320-200 de AirAsia.
Bangkok. Las autoridades indonesias han divisado este martes seis cadáveres en el mar de Java, cerca de los restos del Airbus 300-220 de AirAsia, que desapareció el pasado domingo con 162 personas a bordo.
"Había un cadáver flotando entre las olas", declaró un miembro de las Fuerzas Aéreas de Indonesia a la prensa.
Los equipos de rescate habían subido al buque KRI Bung Tomo tres cadáveres de los seis avistados cuando el director de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas), Bambang Soelistyo, ofreció una conferencia con los periodistas en Yakarta, según la agencia oficial Antara.
Además de las víctimas, también se han visto maletas, chalecos salvavidas y otros objetos que supuestamente proceden del Airbus 320-200 de AirAsia.
El Ministerio de Comunicaciones de Indonesia señaló que han identificado el logotipo de la compañía en algunos de los objetos hallados en el mar, según el medio indonesio Detik.
El canal de televisión indonesio Kompas TV mostró varias imágenes aéreas de dos objetos de gran tamaño que flotaban en el mar.
Faltaba por localizar el cuerpo principal de la nave y recobrar las cajas negras.
"A las 13.50 (horas, 06.50 GMT), un avión avistó un objeto que proyectaba una sombra que se asemeja a un avión (...). La profundidad en ese lugar es de entre 25 y 30 metros", anunció Soelistyo.
Basarnas ha enviado 10 buceadores de la agencia y otros 11 de la Armada al lugar para verificar el hallazgo.
El avión de AirAsia vuelo QZ8501 despegó el domingo pasado de la ciudad javanesa de Surabaya con destino Singapur, donde tenía previsto aterrizar unas dos horas después.
Embarcaron 155 pasajeros y una tripulación de siete personas, 155 de ellos indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés (copiloto), un malasio y un singapurense.
A medio camino, el piloto llamó a la torre de control para solicitar permiso para virar ligeramente a la izquierda y subir de los 32.000 hasta los 38.000 pies de altitud para evitar una tormenta.
Los controladores aéreos aprobaron en seguida el viraje pero cuando, dos minutos después, llamaron al piloto para aprobar un ascenso solo hasta los 34.000 pies se perdió el contacto.
El avión de la aerolínea de bajo coste no emitió ninguna señal de socorro.