La operación, en la que se detuvo a 17 sospechosos, logró desmantelar una red de compra de armas del poderoso cartel mexicano de Sinaloa, señalaron autoridades.
Phoenix. Autoridades estadounidenses desbarataron en Arizona una red de tráfico de armas que buscaba canalizar más de 700 armas de fuego, incluyendo rifles Kalashnikov de alto poder a carteles de droga mexicanos, deteniendo a 17 personas, dijeron este martes funcionarios.
La operación logró desmantelar una red de compra de armas del poderoso cartel mexicano de Sinaloa, señalaron autoridades.
"Creemos que desmantelamos a toda la organización que operaba en el área de Phoenix", dijo William Newell, agente especial a cargo de la División de Campo de Phoenix de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés) de Estados Unidos.
"La investigación es una prueba más de los incesantes esfuerzos de los carteles de la droga mexicanos, especialmente del cartel de Sinaloa, de adquirir de modo ilegal grandes cantidades de armas de fuego en Arizona y en otros sitios para usar en la actual guerra de drogas", agregó Newell.
La ATF dijo que la policía detuvo a 17 sospechosos en una operación de varias agencias realizada el martes en el área de Phoenix. Otros tres sospechosos seguían en libertad.
En Arizona existe un importante y lucrativo corredor de tráfico y contrabando. Redes criminales organizadas transportan drogas e inmigrantes ilegales hacia el norte, y armas al sur, hacia México.
Un auto de procesamiento contra 53 personas dictaminó que desde septiembre de 2009 a diciembre del año pasado los procesados habrían conspirado para comprar cientos de armas, incluyendo rifles Kalashnikov, una de las armas favoritas para los carteles de México.
La acusación penal del caso sostuvo que los imputados cometieron delitos que incluyen conspiración para obtener armas de fuego para traficar drogas y realizar falsos testimonios en relación con la compra de armas de fuego.
Una condena por conspiración implica una pena máxima de hasta 20 años de prisión, mientras que brindar falso testimonio puede tener una pena de hasta cinco años.
Estados Unidos está bajo presión para reducir en el sur el comercio ilegal de armas de alto poder que van hacia México, donde más de 34.000 personas han muerto por violencia vinculada con drogas desde que el presidente Felipe Calderón asumió el cargo en 2006 y prometió destruir los poderosos carteles.
La redada de armas se produce un día después de que la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, se reunió en México con la canciller de ese país, Patricia Espinosa, y reiteró el apoyo de Estados Unidos a Calderón para destruir los carteles.