El poderoso movimiento de los Hermanos Musulmanes, que impulsó a Mursi a la presidencia en las elecciones de junio, dijo que 56,5% de los votantes respaldaron el texto.
Los egipcios votaron a favor de una nueva Constitución respaldada por islamistas, pese a la oposición de otros grupos políticos que temen una mayor fragmentación de la nación más poblada del mundo árabe, dijeron este domingo funcionarios de bandos rivales luego de la primera ronda del referendo.
Es posible que la próxima vuelta de la votación entregue otro "sí", puesto que incluye a distritos considerados más partidarios de los islamistas, dijeron analistas, lo que significa que la Constitución será aprobada.
Pero una victoria ajustada daría al presidente islamista Mohamed Mursi pocos motivos para la celebración, ya que muestra una profunda división en un país donde debe construir un consenso sobre las duras medidas a aplicar para arreglar la frágil economía.
El poderoso movimiento de los Hermanos Musulmanes, que impulsó a Mursi al cargo en las elecciones de junio, dijo que 56,5% de los votantes respaldaron el texto. Los resultados oficiales no se prevén hasta que se complete la segunda ronda.
Aunque un funcionario de la oposición admitió que el "sí" parecía prevalecer en la primera ronda, el opositor Frente Nacional de Salvación dijo en un comunicado que violaciones en el proceso indicaban que era necesario realizar el referendo por segunda vez, aunque no desafió explícitamente la cifra proyectada por los Hermanos Musulmanes.
Grupos de derechos humanos reportaron abusos como estaciones de votación que abrieron tarde, funcionarios que instruían a las personas sobre cómo votar y sobornos. También criticaron una amplia campaña religiosa que retrataba a quienes eran partidarios del "no" como herejes.
Un comunicado conjunto emitido por siete grupos de derechos humanos exhortó a los organizadores del referendo a "evitar esos errores en la segunda etapa de la consulta popular y a repetir la primera fase".
Mursi y los partidarios de la Constitución dicen que ésta es vital para avanzar en la transición democrática de Egipto. Sus oponentes argumentan que la ley básica es demasiado islámica y no respeta los derechos de las minorías, incluidos los cristianos que constituyen 10% de la población.
Los días previos al referéndum del sábado estuvieron marcados por protestas violentas que causaron varias muertes. Las manifestaciones estallaron cuando Mursi se otorgó más poderes el 22 de noviembre y luego aprobó por la vía rápida la Constitución en una asamblea dominada por aliados islamistas.
No obstante, la votación transcurrió prácticamente en calma, con largas filas en El Cairo y otros lugares, aunque datos de participación no oficiales se establecieron en un tercio de los 26 millones de personas que podían votar este sábado.
El referendo se organizó en dos fases porque los jueces necesarios para supervisar el proceso realizaron un boicot.