Cuando los 33 trabajadores salgan de la mina enfrentarán la prensa de todo el mundo que sigue con detalle la historia de esta odisea de sobrevivencia. Dejarlos decantar lo que vivieron, permitirles el reencuentro con sus familias en un ámbito privado, son algunos consejos que plantea una especialista en estrés post traumático.
Santiago. El rescate de los mineros no sólo es un hito en términos de tecnología, también desde el punto de vista humano y psicológico, la situación de los 33 trabajadores que vivieron más de dos meses atrapados bajo tierra, plantea complejidades que son inéditas.
A principios de agosto, los 33 hombres ingresaron a la mina como si fuera una jornada más de trabajo, y ahora, en octubre, van a ser rescatados tras vivir una odisea de sobrevivencia. Entraron anónimos, con una vida normal, y saldrán siendo famosos internacionalmente, con la carga sobre sus almas de haber convivido con la desesperación, la oscuridad y la tragedia.
“No hay ninguna literatura que nos pueda anticipar cómo va a ser el escenario. Esto es inédito”, señala la psicóloga del Hospital del Trabajador de Chile y especializada en estrés post traumático, Carmen Gloria Carbonell.
Uno de los diagnósticos más probables que se presenten en algunos será el estrés post traumático. Hay estadísticas generales que señalan que entre el 5% al 15% de las personas que viven un evento traumático presentan este problema, en el caso de los mineros chinos que quedaron atrapados 72 horas, el índice se eleva a 30%.
La profesional explica que “lo ideal sería es que al principio los dejaran un poco más tranquilos, que estuviera primero el encuentro familiar, el asentarse, también desde el punto de vista sicológico y médico evaluar sintomatología que se presente, para después estar preparados para dar entrevistas. En la medida que se logre dosificar ese asedio, yo creo que puede llegar a ser incluso un factor más beneficioso que lo contrario”.
El impacto mediático. Es que los esperan cámaras, micrófonos, grandes invitaciones, y –como advierte la profesional- no se puede pensar en ellos como personajes de un reality, quienes se encierran para ser famosos; ellos son trabajadores que sufrieron un accidente y vivieron una situación dolorosa.
Carmen Gloria Carbonell explica que para los mineros el apoyo de los chilenos “ha sido esencial, pero también creo que hay que mantener un respeto por la intimidad, por los espacios y por el tiempo que ellos necesitan procesar”.
En este sentido puntualiza que “es muy distinto darles la posibilidad de contar su historia a acosarlos”, por lo que es importante tener en cuenta que hay una línea divisoria entre estar interesados en ellos, en apoyarlos, a que los 33 se lleguen a sentir invadidos y violentados por eso.
¿Cómo enfrentarán la fama? La psicóloga explica que ello dependerá de las personalidades de cada uno, pues hay personas más comunicativas, para quienes será menos difícil la exposición pública, y otros tendrán actitudes más reservadas. “Obviamente van a resaltar algunos más que otros”, explica.
Reencuentro familiar. En cuanto al reencuentro con sus seres queridos, señala que “al inicio puede que se produzca un cambio en la vida familiar”.
Los protagonistas de esta historia –entre quienes se incluyen los propios familiares- tendrán que “ir retomando la vida de forma normal, probablemente con este escenario va a ser un poco más difícil, porque aquí hay un cambio de escenario laboral, mediático, hay un cambio de roles probablemente. Esta rutina que ellos tenían de ir a la mina, de estar en turnos de tantas horas, de trabajar de lunes a domingo, de lunes a sábado, cambia radicalmente, y por lo tanto viene un proceso que hay que tomarlo con mucha calma”.
Al respecto aconsejo no tomar grandes decisiones en momentos de traumas. “Facilitemos el reencuentro, el ir elaborando lo que a cada uno le pasó en esta historia, tanto a la familia como a ellos, los cambios que se produjeron”, indica.