El cielo es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo a lo desconocido, dijo el eminente físico teórico británico Stephen Hawking en una entrevista publicada este lunes.
Londres. El cielo es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo a lo desconocido, dijo el eminente físico teórico británico Stephen Hawking en una entrevista publicada este lunes.
A Hawking, de 69 años, le pronosticaron una corta esperanza de vida cuando a los 21 años le diagnosticaron una enfermedad neuronal degenerativa, pero se convirtió en uno de los científicos más famosos del mundo al publicar en 1988 el libro "Breve historia del tiempo".
"He vivido con la perspectiva de una muerte prematura los últimos 49 años. No temo a la muerte, pero no tengo prisa por morir. Hay muchas cosas que quiero hacer primero", declaró al diario Guardian.
"Considero el cerebro como un ordenador que dejará de funcionar cuando sus componentes fallen. No hay cielo o vida eterna para los ordenadores rotos, es un cuento de hadas para la gente que teme a la oscuridad".
Cuando se le preguntó cómo deberíamos vivir, contestó: "Deberíamos buscar el mayor valor de nuestras acciones".
Hawking concedió la entrevista antes de una reunión de Google Zeitgeist en Londres, donde se unirá a oradores como el ministro de Finanzas británico, George Osborne, y el economista ganador del premio Nobel Joseph Stiglitz.
Al abordar la cuestión "¿Por qué estamos aquí?, afirmará que pequeñas fluctuaciones cuánticas en un universo recién creado plantaron las semillas de la vida humana.
Ex profesor Lucasiano en la universidad de Cambrigde, puesto que una vez ocupó Isaac Newton, Hawking ha acaparado críticas por sus comentarios sobre la religión.
Su libro de 2010 "The Grand Design" (El magnífico diseño) provocó la reacción de líderes religiosos, como el máximo jefe Lord Sacks, por argumentar que no era necesaria una fuerza divina para explicar la creación del universo.
A causa de su enfermedad incurable, Hawking sólo puede hablar a través de un sintetizador de voz y está prácticamente paralizado.
En 2009 su salud fue motivo de inquietud, cuando fue hospitalizado al caer gravemente enfermo tras una gira de charlas en Estados Unidos. Desde entonces ha vuelto a la Universidad de Cambridge como director de investigación.