Los islamistas y opositores más liberales han sacado a decenas de miles de personas a las calles en manifestaciones rivales desde el decreto del 22 de noviembre.
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, ha cancelado el decreto que le daba amplios poderes y que desató episodios violentos, pero no ha retrasado el referéndum de este mes sobre una nueva constitución, que era una de las demandas fundamentales de sus detractores.
Los apoyos islamistas de Mursi han insistido en que el referéndum debería seguir adelante el 15 de diciembre, afirmando que es necesario para cerrar la transición democrática incompleta tras el derrocamiento del autócrata Hosni Mubarak hace 22 meses.
Ahmed Said, destacado miembro del Frente de Salvación Nacional, el principal grupo de la oposición, dijo que la decisión de seguir adelante con el referéndum era "sorprendente" y profundizaría la crisis política.
"Está haciendo las cosas mucho peor", dijo Said, jefe del Partido Libre de los Egipcios, liberal, a Reuters.
"No puedo imaginar que después de todo esto, quieran aprobar una constitución que no representa a todos los egipcios".
Añadió que el Frente se reuniría el domingo para dar una respuesta formal.
El anuncio de que Mursi había renunciado a su decreto del 22 de noviembre se produjo tras las conversaciones celebradas este sábado en el palacio presidencial hasta bien entrada la noche. Calificado de "diálogo nacional", la reunión fue boicoteada por sus principales rivales y tuvo poca credibilidad entre los manifestantes de la nación árabe más poblada.
El movimiento 6 de abril, que ayudó a aglutinar las protestas callejeras contra Mubarak, dijo en un comunicado sobre el resultado de las conversaciones del sábado: "lo que ha ocurrido es manipulación y una continuación de la decepción en el nombre de la ley y la legitimidad".
La constitución fue agilizada en la asamblea a través del apoyo de los Hermanos Musulmanes de Mursi y otros islamistas. Liberales y otros grupos políticos se ausentaron diciendo que no se estaba escuchando su voz.
"Una constitución sin consenso no puede ir a referéndum", dijo Hermes Fawzi, de 28 años, un manifestante acampado junto a docenas de personas a las puertas del palacio presidencial. "No es lógico que sólo una parte de la sociedad haga la constitución".
En las cercanías se apostaban tanques y vehículos militares de la Guardia Republicana, posicionados allí para proteger el palacio tras los enfrentamientos de las últimas semanas entre islamistas y sus rivales, que resultaron en siete muertos y 350 heridos.
El Ejército, que dirigió el país durante el turbulento período de interinidad tras la caída de Mubarak, se pronunció este sábado sobre la crisis para decir a las facciones enfrentadas que el diálogo era esencial para evitar "una catástrofe". Pero una fuente militar dijo que no era un preludio de que el ejército vaya a retomar el control de Egipto o de las calles.
Profundos enfrentamientos. Tras las conversaciones de este sábado, Mursi emitió un nuevo decreto en el que el primer artículo dice que "cancela la declaración constitucional" anunciada el 22 de noviembre, dijo el portavoz para el diálogo, Mohamed Selim al-Awa, en rueda de prensa en torno a la medianoche.
Sin embargo, dijo que el referéndum constitucional seguiría adelante para el próximo sábado, añadiendo que aunque en la reunión se debatió aplazar la consulta, había obstáculos legales para hacerlo.
El revuelo político ha expuesto las profundas diferencias en el país de 83 millones de habitantes entre islamistas, que fueron suprimidos durante décadas, y sus rivales, que temen que los conservadores religiosos quieran sofocar sus voces y restringir las libertades. Muchos egipcios desean simplemente estabilidad y recuperación económica.
Los islamistas y opositores más liberales han sacado a decenas de miles de personas a las calles en manifestaciones rivales desde el decreto del 22 de noviembre. Los detractores de Mursi han pedido su destitución, mientras que los islamistas han dicho que existe una conspiración para derrocar al primer presidente elegido libremente en el país.
El Frente de Salvación Nacional, entre cuyos miembros figura el premio Nobel de la paz, Mohamed ElBaradei, y el ex ministro de Exteriores, Amr Musa, permaneció al margen de las conversaciones de este sábado.
El portavoz del Frente, Husein Abdel Ghani, dijo: "mi primera impresión personal es que es un paso limitado e insuficiente. Dijimos repetidamente que entre nuestras principales demandas está que el referéndum sea retrasado".
Pese a tal oposición, Mursi confía en poder aprobar la constitución vía referéndum con el respaldo de los islamistas y muchos egipcios que están deseando seguir adelante. Sólo una vez que esté en vigor la constitución pueden celebrarse las elecciones al nuevo parlamento, que se esperan para unos dos meses después.