A pesar de la violencia causada por el narcotráfico, firmas extranjeras están invirtiendo miles de millones de dólares en el país latinoamericano, sin embargo Carlos Pascual dijo que si no se toman medidas “existe un panorama muy grave de que la contaminación en el clima de inversiones pueda volverse más significativo”.
México D.F. Las autoridades deben actuar con prontitud para sofocar la creciente violencia del narcotráfico en México a fin de prevenir que más empresas reconsideren sus inversiones en el país, dijo en una entrevista el embajador de Estados Unidos.
Una encuesta entre 220 compañías privadas mostró meses atrás este año que 15% había pospuesto inversiones a corto plazo o planes de expansión en México debido a la ola de violencia ligada con los cárteles de las drogas.
Casi 80% dijo ver una amenaza a largo plazo para la estabilidad política y económica del país.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha enviado a decenas de miles de militares y policías para enfrentar a los violentos cárteles, mientras Washington ha otorgado US$1.300 millones en equipo, incluidos helicópteros Black Hawk, para apoyar a su vecino en su ofensiva antidrogas.
"Si no tomamos con seriedad la tensión que se está creando por la inseguridad y trabajamos de una manera muy deliberada y acelerada para reducirla, entonces existe un panorama muy grave de que la contaminación en el clima de inversiones pueda volverse más significativo", dijo el embajador Carlos Pascual.
Los cárteles mexicanos abastecen la mayor parte de la cocaína que se consume en Estados Unidos, introduciéndola en camiones, trenes, barcos o a través de túneles.
La guerra del narcotráfico en México ha matado más de 31.000 personas desde diciembre del 2006, cuando Calderón asumió la presidencia y lanzó una ofensiva contra los jefes de los cárteles que se disputan entre sí las rutas de las drogas hacia Estados Unidos.
La violencia ha sido particularmente más aguda en el industrial norte de México, donde miles de fábricas propiedad de extranjeros se encuentran diseminadas en la frontera con Estados Unidos.
Pascual dijo que México aún es una tierra de oportunidades para las firmas estadounidenses que buscan reducir sus costos, y que no está a la vista en la mayor parte del país una fuga de capital como en sitios golpeados por la violencia del narco, como en Ciudad Juárez.
A pesar de la violencia, firmas extranjeras están invirtiendo miles de millones de dólares en México, que se encuentra saliendo de su peor recesión en décadas. La inversión extranjera directa subió 28% en el primer semestre del año, respecto al mismo lapso de 2009.
Proyectos cancelados. Pero el estudio del Departamento de Estado de Estados Unidos, realizado en julio y publicado en octubre, demuestra que al menos algunas empresas han salido del país, mientras que otra canceló la construcción de una fábrica.
"Hablamos con las compañías todo el tiempo sobre eso", dijo Pascual.
Casi una tercera parte de las compañías encuestadas dijo que han experimentado actos de extorsión en México -desde llamadas telefónicas hasta secuestros- y casi la mitad afirmó que se ha visto afectada directamente por la violencia de los cárteles. Esto incluye desde la caída en ventas hasta mayores costos de seguridad.
Algunas firmas mineras han cerrado algunos desarrollos en regiones remotas, en las que los cárteles tienen presencia.
Un elemento clave de la violencia es el enorme poder económico de los cárteles.
Autoridades estadounidenses estiman que los cárteles traen a México entre US$19.000 y US$29.000 millones anuales, dijo Pascual.
"Si no puedes cortar su fuente de recursos (...) o elevar los costos de su negocio significativamente, los cárteles usarán esos recursos que tienen en frente para elevar los niveles de violencia o corromper a más personas", dijo.
Esta semana, seis estadounidenses fueron asesinados en distintos hechos en la fronteriza Ciudad Juárez, uno de los peores focos de la violencia donde están asentadas un gran número de empresas maquiladoras, industrias que importan materias primas en condiciones ventajosas y devuelven productos terminados a Estados Unidos.