La guerra, sostenida en 1969, coincidió con un partido de fútbol en la capital salvadoreña que realizaban las selecciones de ambos países, valedera para las eliminatorias del mundial México 70.
Las Fuerzas Armadas (FF.AA.) celebran este lunes el 42 aniversario del cese de hostilidades de la cruenta guerra que Honduras y El Salvador protagonizaron en 1969, que derivó en la muerte de más de cinco mil personas.
La ceremonia incluye discursos del Jefe del Estado Mayor Conjunto y de Porfirio Lobo Sosa y ambos coincidirán, seguramente, que episodios como el ocurrido en 1969 no deben de repetirse en una región ávida de paz y de seguridad ciudadana.
En el pasado, las FF.AA. realizaban esta ceremonia el 14 de julio, cuando comenzó la guerra, pero ahora la hacen el 18 de julio para conmemorar el fin de la guerra que se dio gracias a la gestión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La historia. El 14 de julio de 1969, como a las seis de la tarde, el jefe de Estado de El Salvador, Fidel Sánchez Hernández, ordenó la invasión de territorio hondureño por la vía terrestre.
El propósito de los salvadoreños era apoderarse del occidente de Honduras, que les permitiera acceso al mar Caribe. Las FF.AA., con todo y sus limitaciones, repelieron el ataque mientras que aviones de la Fuerza Aérea hicieron lo propio derribando aviones salvadoreños y bombardeando parte del vecino país.
La guerra, mal llamada "guerra del fútbol", coincidió con un partido de fútbol que en la capital salvadoreña realizaban las selecciones de ambos países, valedera para las eliminatorias del mundial México 70.
Desde mucho antes, los países libraban serias tensiones. Por un lado, por las viejas controversias marítimas y terrestres que venían desde tiempos de la colonia y, por otro, por la emigración cada vez mayor de campesinos salvadoreños a territorio hondureño debido al acaparamiento de las tierras por la oligarquía salvadoreña.
A finales de esa década, el gobierno militar de Oswaldo López Arellano inició un proceso de reforma agraria para atender la demanda de los campesinos.
La medida no incluyó, obviamente, a los campesinos salvadoreños, que fueron expulsados. Los medios de comunicación de ambos países incitaron al odio.
La guerra duró cien horas, los países rompieron relaciones, que se reanudaron tras la firma del Tratado General de Paz en 1980.