El arresto de 30 oficiales de policía, la semana pasada, y la caída de uno de los principales funcionarios de seguridad de la ciudad, han probado que la trama de la película “Tropa de Elite” podría ser más real de lo que pensaron los espectadores.
Río de Janeiro. En la secuela de la película brasileña "Tropa de Elite", la policía de Río de Janeiro roba armas, asesina a sus propios colegas y establece un estado paralelo con el apoyo de sus jefes políticos.
Para los espectadores no familiarizados con Río de Janeiro, podría parecer exagerado creer que una red de corrupción pueda haberse propagado tan densamente a través de las fuerzas de seguridad de la ciudad.
Pero el arresto de 30 oficiales de policía la semana pasada y la caída de uno de los principales funcionarios de seguridad de la ciudad han probado que la realidad es tan extraña como la ficción cuando se trata de la ley y el orden en la segunda mayor metrópolis de Brasil.
La operación federal, lanzada con el nombre código "Guillotina", expuso profundos vínculos entre la policía y las bandas ilegales, que incluyen milicias compuestas por policías fuera de servicio, así como también por narcotraficantes que dominan muchas de las favelas de la ciudad.
La policía es acusada de aceptar sobornos de bandas de narcotraficantes a cambio de información, lavar dinero de apuestas ilegales y colaborar con grupos milicianos que gobiernan algunas comunidades a través de la violencia y la extorsión.
Los arrestos amenazaron con provocar una guerra dentro de la policía civil el fin de semana, cuando el jefe de ese departamento, Allan Turnowski, ordenó una redada al escuadrón contra el crimen organizado, liderado por su rival Claudio Ferraz, quien jugó un rol central en la operación Guillotina.
Turnowski, cuyo ex lugarteniente fue arrestado la semana pasada por aceptar sobornos en drogas, renunció este martes y ha sido acusado por un ex informante de recibir 500.000 reales (US$300.000) al mes de milicias. El niega las acusaciones.
"Cuando todas estas historias salgan a la luz podría ser necesario hacer 'Tropa de Elite 3'", escribió en su blog Fernando Gabeira, un diputado federal de Río de Janeiro.
La vida imita al aire. Sucede que Ferraz, quien ayudó a encarcelar a varios jefes milicianos de alto perfil, ayudó a escribir un libro que formó buena parte de la base para "Tropa de Elite 2".
Él dijo este lunes durante una investigación interna de la policía que "puso todos los hechos que había vivido en forma de ficción", según una copia de su declaración obtenida por el sitio web local de noticias iG.
En la película, un grupo de policías corruptos invaden una favela bajo argumentos falsos para reclamar el territorio para su milicia.
Ferraz dijo durante la investigación que la policía había permitido que uno de sus helicópteros y varios automóviles blindados fueran usados para ayudar a los milicianos a tomar el control de una favela en el oeste de Río de Janeiro el año pasado.
El libro detalla la cancelación de una operación de la policía federal para atrapar a un jefe de la droga debido a una filtración de información. Eso sucedió realmente en 2009, lo que llevó a la policía a iniciar las investigaciones que condujeron a los arrestos de la semana pasada.
La redada federal es la más reciente señal de que las autoridades brasileñas se están preocupando de limpiar a la fuerza policial de Río de Janeiro mientras la ciudad playera se prepara para ser sede del Mundial de fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos dos años después.
La tasa de asesinatos del estado ha caído a su menor nivel en 20 años y una nueva política de ocupar favelas con policías comunales especialmente entrenados ha sido considerada un éxito.
Pero también muestra cuánto le falta avanzar aún a Río de Janeiro, un centro financiero y la nueva riqueza petrolera de Brasil.
Analistas de seguridad afirman que la policía está profundamente involucrada en actividades ilegales, desde prostíbulos hasta clínicas abortivas, para obtener un complemento a sus bajos salarios.