La medida para cerrar Hamaoka, que según pronósticos podría afrontar un poderoso terremoto en las próximas décadas, se da a conocer mientras el Gobierno encara una fuerte presión para revisar la política de energía atómica de Japón tras el sismo y el tsunami del 11 de marzo que destruyeron otra planta, causando el peor accidente nuclear en el mundo en 25 años.
Tokio. El primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo este viernes que la compañía Chubu Electric Power debería paralizar todas las operaciones en su planta nuclear de Hamaoka, en el centro de Japón, ante el temor de que un nuevo gran sismo desate otra crisis nuclear.
La medida para cerrar Hamaoka, que según pronósticos podría afrontar un poderoso terremoto en las próximas décadas, se da a conocer mientras el Gobierno encara una fuerte presión para revisar la política de energía atómica de Japón tras el sismo y el tsunami del 11 de marzo que destruyeron otra planta, causando el peor accidente nuclear en el mundo en 25 años.
Kan, que ha estado bajo duras críticas por su respuesta a la crisis en el complejo Fukushima Daiichi del noreste japonés, operado por Tokyo Electric Power Co's (TEPCO), dijo que el Gobierno intentaría evitar que la paralización de los reactores de Hamaoka genere problemas de suministro energético.
A las compañías en el este y noreste de Japón suministradas por TEPCO y otros operadores de servicios ya se les pidió reducir el uso de electricidad durante este verano boreal, cuando se produce un alza de la demanda.
El cierre de Hamaoka eleva la posibilidad de interrupciones del suministro energético en la región de Chubu, hogar de Toyota Motor Corp y otras grandes empresas manufactureras.
Kan dijo que tomó la decisión por motivos de "seguridad pública", después de que expertos del Gobierno dieran una probabilidad del 87 por ciento de un terremoto de magnitud 8 en las áreas a las que suministra la instalación dentro de los próximos 30 años.
"Tras una profunda consideración, tomé la decisión como primer ministro", dijo en una rueda de prensa televisada.
Revisión de políticas. La decisión sobre Hamaoka indica un posible cambio en la política energética de Japón y el Gobierno ahora está reconsiderando su meta de llevar al 50 por ciento la dependencia del país de energía nuclear para el 2030, respecto al 30 por ciento registrado antes del sismo.
"La decisión fue tomada teniendo en cuenta la seguridad como una prioridad y es el primer paso necesario para desarrollar una política energética", dijo Noriyuki Mita, director de la división de planeamiento de políticas de la Industria de Electricidad y Gas del Ministerio de Comercio, en una conferencia de prensa por separado.
Hamaoka, una planta de 3.617 megavatios, está a unos 200 kilómetros al suroeste de Tokio y se encuentra ubicada cerca de una zona sísmica activa. Representa alrededor del 7 por ciento de la capacidad energética combinada de Japón.
Kan dijo que los reactores de Hamaoka deberían detenerse hasta que se lleven a cabo medidas de seguridad a mediano y largo plazo.
Japón ha introducido medidas de seguridad más estrictas después de que el terremoto y posterior tsunami de marzo afectaran la planta nuclear de Fukushima Daiichi.
Las instalaciones nucleares tienen ahora que mantener sus reactores cerrados durante periodos más largos para realizar controles adicionales durante sus procesos de mantenimiento habituales.
Kan también dijo que podría haber escasez de electricidad en el verano boreal, pero pensaba que con cooperación y comprensión del público, tales problemas se podrían superar.