Seis días de disturbios han dejado más de 100 muertos, pero ambas partes llegaron a un punto muerto. Los manifestantes se niegan a replegarse y el Ejército no los ha obligado a hacerlo.
El Cairo. Manifestantes egipcios acamparon en el centro de El Cairo este lunes y se comprometieron a mantenerse allí hasta la salida del presidente Hosni Mubarak, cuya suerte parece depender de las Fuerzas Armadas en momentos en que aumenta la presión desde las calles y el extranjero.
"Las Fuerzas Armadas deben elegir entre Egipto y Mubarak", decía un cartel en la plaza Tahrir de El Cairo, donde los manifestantes compartieron alimentos con los soldados enviados a restaurar el orden luego de que violentas protestas sacudieron los cimientos del Gobierno de Mubarak.
Seis días de disturbios han dejado más de 100 muertos, pero ambas partes llegaron a un punto muerto. Los manifestantes se niegan a replegarse y el Ejército no los ha obligado a hacerlo. Mientras más tiempo continúen sin respuesta las protestas, más insostenible sería la posición de Mubarak.
Los manifestantes en la plaza Tahrir rechazaron el nombramiento por parte de Mubarak de miembros de las Fuerzas Armadas como su vicepresidente y primer ministro.
Sus promesas de reforma económica para responder a la molestia pública por el alza en los precios, el desempleo y la enorme brecha entre ricos y pobres no han conseguido detener los llamados a favor de la salida de Mubarak y sus asociados.
Los manifestantes convocaron a una huelga general este lunes y a la que calificaron como la "protesta de los millones" este martes, para presionar porque concluya el sistema basado en el poder del Ejército que ha gobernado Egipto desde la década de 1950.
Estados Unidos, un aliado que ha destinado miles de millones de dólares de ayuda a Egipto desde que Mubarak llegó al poder, no llegó a decir abiertamente que desea su salida.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hablaron sobre una "transición ordenada".
Un funcionario estadounidense de alto rango, quien declinó ser identificado, dijo que el sentimiento entre los asesores de seguridad de Obama es que el tiempo de Mubarak ha pasado, pero que depende de los egipcios determinar qué vendrá a continuación.
Mubarak -un ex jefe de la Fuerza Aérea que ha estado en el poder por 30 años- se reunió este domingo con sus comandantes militares, quienes parecen tener su futuro en sus manos. El ministro de Defensa de Egipto habló el domingo por teléfono con el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates.
El almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, alabó el "profesionalismo" de las Fuerzas Armadas egipcias y el hecho de que sus tropas se hayan contenido de reprimir a los manifestantes.
Egipto recibe unos US$1.300 millones al año en ayuda militar estadounidense.
La crisis en Egipto comenzó luego de la revuelta que derrocó al líder de Túnez hace dos semanas, y de una ola de malestar popular que se ha extendido por países en el norte de África y Oriente Medio.
Los mercados financieros en el globo abrieron el lunes ajustándose al impacto de los eventos del fin de semana en Egipto.
El crudo Brent de Londres tocó un máximo en 28 meses, unos cuantos centavos por debajo de los US$100 el barril. El dólar trepaba en las operaciones en Asia en momentos en que los inversores buscan un refugio seguro.