Los organizadores sindicales dijeron que llenaron la Plaza del Pueblo y desfilaron por el centro de Roma entre 100 mil y 200 mil personas llegadas de toda la península.

Decenas de miles de trabajadores italianos se reunieron hoy en Roma para protestar contra los recortes de jubilaciones, las subas de impuestos y las reformas laborales impuestas por el gobierno de Mario Monti, y para exigir un trabajo más estable para los jóvenes.

Los organizadores sindicales dijeron que llenaron la Plaza del Pueblo y desfilaron por el centro de Roma entre 100 mil y 200 mil personas llegadas de toda la península, publicó en su página on line el diario italiano La Repubblica.

En la colorida marcha de protesta de hoy, llena de banderas sindicales y globos, los jubilados se lamentaron de que no cobran sus pensiones a fin de mes, pese al aumento de los impuestos inmobiliarios y que sus hijos tienen pocas opciones de trabajo.

"Hemos llamado a esta manifestación porque a la república fundada en el trabajo, la estamos destruyendo como estamos destruyendo el trabajo" dijo Luigi Angeletti, dirigente de la UIL (Unione Italiana di Laboratori).

Por su parte, la secretaria general de la poderosa central de trabajadores CGIL, Susanna Camusso exigió "un cambio en la agenda, sin el cual no se ve una salida para el país".

Desde el palco, los tres líderes dijeron ser conscientes de que la manifestación en Roma no es la única carta en la disputa con el gobierno.

"Los trabajadores seguirán agitando a toda Italia por el trabajo y el crecimiento", anunció el líder Raffaele Bonanni de la CISL.

"Esto es sólo el principio", advirtió Angeletti. Mientras que Camusso fue más explícita "El gobierno sabe que si no cambia, si no da respuestas, volveremos a las calles y estaremos de vuelta muy pronto".

La manifestación organizada por los tres principales sindicatos de Italia se produjo un día después del último esfuerzo de Monti por evitar el contagio de la crisis de la deuda en Europa.

Su Consejo de Ministros aprobó ayer ajustes por un valor de 80 mil millones de euros para estimular el crecimiento económico, privatizar el sector público y reducir la deuda nacional.

En los siete meses de gobierno, Monti a través de recortes de las jubilaciones, dolorosas reformas laborales para hacer más fácil despedir a los trabajadores y aumentos de impuestos que redujeron los bolsillos de los italianos, provocó un desempleo juvenil que ya llegó al 36%.

Monti dijo hoy que las últimas medidas marcaron el inicio de la "fase dos" de su programa de gobierno, para estimular el crecimiento de una economía que ya está inmersa en una profunda recesión.

Apenas la semana pasada, las estadísticas oficiales confirmaron que la economía se contrajo un 0,8% en el primer trimestre, el peor índice en tres años.