La ayuda internacional finalmente ha comenzado a llegar a la nación de los Himalayas de 28 millones de habitantes, pero la entrega es lenta.
Katmandú. Cientos de nepalíes, molestos y frustrados por la lenta respuesta de su Gobierno, excavaban entre los escombros el martes para ubicar los restos de sus seres queridos después de que un devastador terremoto dejó más de 4.000 muertos hace tres días.
La ayuda internacional finalmente ha comenzado a llegar a la nación de los Himalayas de 28 millones de habitantes, pero la entrega es lenta.
Un funcionario del Ministerio del Interior en la capital, Katmandú, dijo que la cifra de muertos por el terremoto magnitud 7,9 del sábado llegaba a 4.010, y los heridos ascendían a 7.598.
El sismo más mortífero que ha azotado a Nepal en 81 años también provocó una enorme avalancha en el monte Everest en la que murieron al menos 17 escaladores y guías, incluyendo cuatro extranjeros, el peor desastre en el pico más alto del mundo.
Una serie de réplicas, graves daños por el sismo, una infraestructura deficiente y la falta de fondos han ralentizado los esfuerzos de rescate en el empobrecido país montañoso situado entre India y China.
"Esperar por ayuda es más tortuoso que hacerlo nosotros mismos", dijo Pradip Subba, mientras buscaba los cuerpos de su hermano y cuñada en los escombros de la histórica torre Dharahara de Katmandú, un minarete del Siglo XIX que se derrumbó el sábado.
Decenas de personas murieron en el derrumbe de la torre.
"Nuestras manos son la única maquinaria en este momento", dijo Subba, de 27 años de edad, que formaba parte de un grupo de lugareños que sacaban bloques de hormigón con máscaras de tela sobre sus rostros para protegerse del hedor de los cuerpos en descomposición.
"No hay nadie del Gobierno o el Ejército para ayudarnos", agregó.
El jefe de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF, por su sigla en ingles) de la vecina India, una de las primeras organizaciones extranjeras que llegó a Nepal para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate, dijo que la localización de supervivientes y de los cuerpos de los fallecidos tomaría tiempo.
El director general de la NDRF, O.P.Singh, dijo que el equipo pesado podría no caber a través de muchas de las calles estrechas de Katmandú.
"Hay que remover todo estos escombros, lo que tardará bastante tiempo (...) Creo que va a tomar semanas", dijo al canal de televisión india NDTV a última hora del lunes.
Muchas personas en todo Nepal dormían a la intemperie por tercera noche, luego de que sus hogares fueron destruidos o dañados por los temblores que continúan atemorizando a la población.
En Katmandú y en otras partes del país, miles de personas están durmiendo en las aceras, calles y en los parques, muchos bajo tiendas de campaña improvisadas.
Los hospitales están sobrepasados, mientras que el agua, los alimentos y la energía escasean, aumentando los temores de enfermedades transmitidas por el agua.
Hubo algunas señales de normalidad el martes, sin embargo, cuando los vendedores de frutas establecieron de puestos de venta en las principales carreteras y los autobuses públicos volvieron a operar.
Pero en momentos en que la ayuda tarda en llegar a muchos de los más vulnerables, algunos nepalíes se han mostrado críticos de las autoridades.
"El Gobierno no ha hecho nada por nosotros", dijo Anil Giri, que junto con unos 20 voluntarios buscaba a dos de sus amigos que estarían enterrados bajo los escombros. "Estamos removiendo los escombros con nuestras propias manos", agregó.