Muchos de los desaparecidos son estudiantes que llegaron Christchurch -la ciudad azotada por un terremoto-, una de las más atractivas de Nueva Zelanda, desde Japón, China, Taiwán e India para aprender inglés.
Christchurch. Los equipos de rescate aún esperan un milagro en la ciudad neozelandesa de Christchurch, devastada por un terremoto, mientras la búsqueda de sobrevivientes ingresaba en su quinto día el sábado, con la cifra de muertos subiendo a 113 y más de 200 desaparecidos.
La llegada de equipos de Gran Bretaña y Estados Unidos, que se sumaron a los grupos de Japón, Taiwán y Australia, permitió avanzar en la compleja búsqueda en áreas suburbanas muy afectadas por el temblor de 6,3 que sacudió la segunda mayor ciudad de Nueva Zelanda el martes.
"Creo que vamos a encontrar personas vivas entre los escombros. Ese pensamiento me va a permitir seguir los próximos dos o tres días, sin importar cuánto tiempo lleve", dijo el alcalde Bob Parker.
"Vamos a seguir pensando en positivo, porque no podemos pensar de otro modo", agregó.
Un equipo de expertos en búsqueda urbana y rescate de Gran Bretaña sostuvo que hasta más de una semana después de terremotos se han encontrado personas atrapadas entre mamposterías y escombros.
El temor por el brote de enfermedades debido al agua contaminada o la destrucción de los sistemas cloacales forzaron el cierre de un centro de emergencia y la reubicación de más de 100 personas en otro complejo fuera de la ciudad, donde rige un toque de queda.
Muchos de los desaparecidos son estudiantes que llegaron a la ciudad, una de las más atractivas de Nueva Zelanda, desde Japón, China, Taiwán e India para aprender inglés en medio del paisaje de los alpes del sur.
Parker dijo que los daños eran particularmente graves en los suburbios del este de la ciudad, cerca del epicentro del sismo, donde cientos de casas fueron designadas para la demolición.
Más de 300 policías australianos llegaron a la ciudad este viernes y fueron nombrados para asistir en la recuperación y el operativo de rescate, luego de que una réplica de 4,4 volviera a sacudir la ciudad, elevando el temor de nuevos colapsos de edificios.
Los equipos retiraron el viernes bloques de piedra de la histórica catedral de Christchurch, donde se cree que 22 personas quedaron enterradas tras el derrumbe de la torre, incluyendo turistas extranjeros que aparentemente se encontraban en el campanario.
Más de la mitad de las muertes ocurrieron en el edificio del canal Canterbury (CTV), que alojaba una popular escuela de inglés. Se estima que alrededor de 65 personas, entre ellas varios estudiantes japoneses y chinos desaparecidos, están dentro del lugar.
Alrededor de 70 personas fueron rescatadas con vida hasta el momento, pero no se ha encontrado ningún sobreviviente entre los escombros en el centro de la ciudad desde el miércoles por la tarde.